David Tuesta buscará impulsar la inversión pública con mayor impacto productivo. (Fotos: El Comercio)
David Tuesta buscará impulsar la inversión pública con mayor impacto productivo. (Fotos: El Comercio)
Luis Fernando Alegría

Dos días después de haber asumido el despacho del Ministerio de Economía y Finanzas (), dio algunas claves sobre sus planes. En su primera aparición mediática al mando de la cartera, en la conferencia de prensa tras la sesión del Consejo de Ministros, enfatizó que el Perú podría aspirar a elevar su crecimiento potencial hasta, al menos, un 5% para el 2021.

Lograr esta meta implica incrementar el crecimiento potencial en 1,5 puntos porcentuales frente al último cálculo del Banco Central de Reserva (); y eso pasa –según Tuesta– por dar las señales adecuadas a los agentes. “Todas las entidades del Estado, de alguna manera, descuidaron el rol de guiar al mercado, a los agentes económicos, de reducir incertidumbre y con ello se han presentado determinados riesgos que buscamos recuperar”, dijo.

Para el economista Luis Alberto Arias Minaya, este es un reto que no va a ser sencillo, porque las reformas estructurales necesarias, como mejorar la productividad laboral, requieren consensos políticos.

Sobre este punto, Tuesta reconoció que es complicado tomar acciones. En cuanto a productividad laboral, por ejemplo, indicó que su reto es “que no se deteriore más”.

En tanto, Enzo Defilippi, ex viceministro de , consideró que la meta de crecimiento potencial es razonable, pero que será necesario reactivar las perspectivas de inversión privada para alcanzarla, en un contexto en que el sector público requiere seguir una trayectoria de reducción del déficit fiscal hacia el 2021.

ACCIÓN INMEDIATA 

Tuesta también enfatizó algunas líneas de acción por ser tomadas en el corto plazo. “Lo que estamos pensando, en primer lugar, es un fuerte plan de focalizarnos en inversión pública productiva, que tiene un efecto multiplicador en determinadas regiones del país y sectores económicos”, detalló. En esa línea, anunció que se va a formular un plan para facilitar proyectos de APP con efecto en las regiones, donde se puedan dar cambios rápidos.

“Estamos detallando el número de proyectos con una nueva estrategia de focalizarnos en proyectos que tienen posibilidades de salir y no dejar que se caigan”, sostuvo.

Sobre ello, Defilippi observó que, para que realmente despegue la inversión pública, se requiere dar confianza a los funcionarios, para que firmen los proyectos y avancen sin temor a ser perseguidos.

“Ese problema, que es normal, se ha exacerbado por los casos Lava Jato y ‘club de la construcción’, pero también por la falta de liderazgo del gobierno”, apuntó.

Tuesta señaló que un reto inmediato es racionalizar el gasto corriente, recortando “gastos superfluos”. En ese punto, dijo que hay S/2.000 millones en gastos “rápidamente atendibles”, como consultorías y contrataciones.

Esto es un proceso que, según un informe del MEF publicado en abril del 2017, se había comenzado en los últimos tres meses del 2016, cuando el gasto del gobierno nacional en contratos administrativos de servicios (CAS), viajes, consultorías y servicios diversos, entre otros rubros, se recortó en 8,9% en términos reales. El Marco Macroeconómico Multianual de agosto del 2017 ratificaba la iniciativa de emprender estos recortes y estimaba que representarían un tercio de la reducción del déficit fiscal hacia el 2021.

Tuesta enfatizó que se buscará no solo más ejecución y cumplimiento de esas metas, sino que habrá mayor vigilancia en cuanto a la eficiencia y calidad del gasto en todos los sectores.

GENERANDO MÁS CAJA 

Un tema fundamental para lograr la trayectoria de consolidación fiscal y mantener el impulso a la inversión pública será encontrar la forma de aumentar los ingresos del fisco. Sobre este punto, Tuesta disparó contra las administraciones anteriores, cuyas políticas –aunque bien intencionadas– golpearon las arcas.

“Como consecuencia de decisiones fiscales tomadas desde hace décadas con malos resultados, [se ha] ido minando nuestro sistema tributario. Nuestra presión tributaria se ha deteriorado y estamos en la cola de la Alianza del Pacífico. Hemos ido por el camino de crecer reduciendo impuestos, cuando el crecimiento real viene por inversión pública”, criticó.

Para avanzar en ello, indicó que se buscarán espacios políticos “en algunos impuestos que contribuyan en la eficiencia del crecimiento”, pero se abstuvo de dar más detalles.

¿En qué línea se podría avanzar? Arias consideró que es posible que se trabaje en racionalizar las exoneraciones tributarias, una medida que llevaría a mercados más competitivos y, al mismo tiempo, generaría más recursos públicos.

También valoró la posibilidad de eliminar regímenes simplificados, como el RUS y el RER. “Si uno tiene muchos [regímenes] defectuosos como los nuestros, contribuimos a la proliferación de empresas pequeñas menos productivas”, explicó.

Otra política vista en los últimos años fue la variación del Impuesto a la Renta empresarial, que se recortó durante la gestión de Alonso Segura y se volvió a aumentar cuando Alfredo Thorne lideró el MEF. Arias recomendó no alterar más las tasas de este tributo, porque ya se han modificado tres veces en cuatro años.

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