El puente Javier Pérez de Cuéllar fue refaccionado por la Municipalidad de Chaclacayo en febrero de este año; pero sigue seriamente dañado, como se ve en la foto, y no soportaría una nueva crecida del Rímac. (Foto: Dante Piaggio / El Comercio)
El puente Javier Pérez de Cuéllar fue refaccionado por la Municipalidad de Chaclacayo en febrero de este año; pero sigue seriamente dañado, como se ve en la foto, y no soportaría una nueva crecida del Rímac. (Foto: Dante Piaggio / El Comercio)
Daniel Macera

A pesar de los desastres ocasionados por el fenómeno en el verano del año pasado, la (MML) terminó el año invirtiendo solo el 56,1% de su presupuesto de reducción de vulnerabilidad y atención de emergencias por desastres. Este año, habiéndose reducido el presupuesto de esta categoría casi 21% (pasó de S/43,3 millones a S/34,5 millones), la entidad solo ha ejecutado 9,7% a la fecha.

“Lima y los distritos no están preparados para los riesgos de desastres naturales. El riesgo climático se ha multiplicado, pero las medidas de adaptación no se han puesto al día”, explica Liliana Miranda, directora del Foro Ciudades para la Vida.

En base al sistema de monitoreo de desastres naturales de la ONU, la revista “The Economist” señala que, desde 1970, la cantidad de desastres en todo el mundo se ha cuadruplicado a alrededor de 400 por año. Estos incluyen terremotos (que no tienen relación probada con el cambio climático), tormentas, inundaciones y olas de calor que causan al menos diez muertes, afectan a más de 100 personas o provocan la declaración de una emergencia nacional.

Asimismo, de acuerdo a un estudio a la Unidad de Inteligencia sobre Energía, institución británica especializada en los problemas del cambio climático, de los 59 fenómenos naturales analizados desde el 2015 –tales como la peor sequía en 900 años de Siria, huracanes y olas de calor descomunales– 41 evidenciaron que el cambio climático había hecho que estos fueran más intensos y más duraderos.

SIN EJECUCIÓN

Considerando que un tercio de la población nacional reside en Lima, llama la atención que faltando cuatro meses para que culmine el año, la MML haya ejecutado menos de un décimo de su presupuesto de prevención de desastres.

“La gestión ha usado parte del presupuesto para poner semáforos. Además, se han tomado medidas que incrementan los riesgos climáticos, por ejemplo, cortar árboles”, señala Miranda.

Asimismo, explica que la MML cuenta con una estrategia de cambio climático aprobada en el 2014, pero que esta “no se usa en lo más mínimo”, sino que, al contrario, se realizan acciones contraproducentes.

Actualmente, el Foro Ciudades para la Vida está trabajando en el Perú, con apoyo de la Unión Europea, en actividades del Pacto Global de Alcaldes, la mayor alianza global de ciudades y gobiernos locales voluntariamente comprometidos en la lucha frente al cambio climático, la cual incluye más de 7.400 ciudades en 119 países.

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