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Cinco temas a seguir en la agenda económica de este viernes

Creo, sin temor a equivocarme, que el  tiene ante sí una oportunidad histórica para crecer de manera responsable. Sabedores que todo buen camino no suele ser de rosas sino más bien empinado, consideramos que los fundamentos están dados para facilitar la  y dirigir nuestros esfuerzos hacia los sectores donde poseemos ventajas comparativas.

La obra requerirá coraje para hacer frente a los dos desafíos mas importantes de la sociedad, la   y la . También requerirá tenacidad para mejorar nuestra competitividad en educación e infraestructura y humildad para lograr que 8 millones de compatriotas que viven en situación de pobreza absoluta tengan oportunidades de trabajo y el control de su propio destino. Es prudente medir nuestros desafíos con el fin de afrontarlos mejor

SENTIMIENTOS GRAVES QUE ATENUAN
El odio, el resentimiento y el miedo son tres productos de la exclusión y aumento de la desigualdad que han acompañado el modelo económico empleado durante las dos ultimas décadas.

Endeudar al consumidor norteamericano para crecer, resultó en la peor crisis financiara de la historia de ese país. Endeudar a los gobiernos de Europa, benefició a Alemania y desestabilizó la Unión Europea. Ambos modelos, basados en el endeudamiento, facilitaron mayor demanda de productos chinos baratos y la tendencia al alza en el precio de materias primas. Se suponía que las ganancias quedarían equitativamente distribuidas entre los endeudados, que generaban la demanda y los exportadores. No fue así.

‎Como todo ciclo, terminó, y al nuevo aún le cuesta nacer. Seguimos en una etapa de transición, y en el trayecto han resurgido el populismo, la xenofobia y el proteccionismo.‎ Y se acrecientan el odio, el resentimiento y el miedo.

La repartición de perjuicios y beneficios quedó lejos de ser equitativa, siendo las elites, corporaciones y empresarios, los que acapararon mayor cuota de beneficios. Los sectores‎ más pobres fueron objeto de iniciativas sociales paliativas, pero la clase media sufrió y sigue padeciendo los perjuicios del cambio de ciclo.

El salario real del trabajador promedio en Europa es menor al que tenía antes de la crisis. Y de ello se aprovechan los populistas haciendo promesas de rápida recuperación, exigiendo cerrar las fronteras supuestamente para proteger el empleo y pidiendo mayores impuestos a las importaciones para favorecer la industria nacional. ¿Regresamos al futuro?

Las políticas monetarias, a través de iniciativas no convencionales, han podido capear el temporal manteniendo los tipos bajos por casi 10 años. La inversión, motor esencial del crecimiento y de la generación de empleo, no da visos de‎ recuperación. A los gobiernos les ha faltado convicción política para complementar las políticas de los bancos centrales con planes ambiciosos de inversión en proyectos de infraestructura. ¿Son responsables nuestros líderes?

‎En el Perú, ¿son ellos responsables del odio, el resentimiento y el miedo? A diferencia de muchos países no ha bajado el salario real de la clase media durante la ultima década. ¿Por qué entonces hemos permitido que nos ganen esos sentimientos negativos? ¿Se han desaprovechado los tipos bajos al no haber utilizado prudentemente mecanismos de crédito a largo plazo? ¿Carecemos de políticas sociales coherentes? ¿No hemos mostrado beneficios en el campo educativo? No parece ser el caso, pero sí es posible que falte un programa de inversión en infraestructura claramente definido.

COMPARACIONES Y PREGUNTAS
Me comentaba un colega argentino que se despreocupaba de lo que ocurriese en China y también del impacto que pudiese tener el Brexit, ambos fenómenos surgidos de la transición en que nos encontramos. Su argumento se basaba en que Argentina exportaba poco grano a China y que el Reino Unido constituía un mercado marginal para sus exportaciones. Le hicimos presente nuestro desacuerdo. China seguirá comportándose como fijador de precio de materias primas, incluyendo el grano. Y el Brexit, de darse en su versión mas dura, fortalecería al dólar, fenómeno que repercutiría negativamente en‎ el precio de las materias primas.

No deja de inquietarme  el nivel de endeudamiento de China. Llega casi a tres veces su producto bruto y tanto los acreedores como los prestamistas, según la contabilidad China, tienen cuerda para rato. Pero de acuerdo a parámetros internacionales, están con la soga al cuello, la deuda sigue subiendo y el país creciendo. De precipitarse una crisis bancaria, ¿cuál seria su impacto?
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Por otra parte, me sorprenden favorablemente los planes de Arabia Saudita de diversificar su economía hacia el 2030 y dejar de depender del oro negro. Como necesidad de caja el gobierno ha recaudado cerca de US$ 30,000 millones en los mercados de crédito, incluyendo la emisión de bonos más grande que jamás haya efectuado un país del mundo emergente (US$ 17,500 millones). ¿Por qué han esperado tanto? ¿Acaso disponían de tiempo para impedir otro brote de Primavera Árabe en su país?‎

‎Al mismo tiempo me decepcionaba constatar que Brasil ha perdido 10 % de su producto bruto en dos años; que las agencias crediticias, le han rebajado la calificación a Turquía; que Rusia ha sido forzada a llevar su petróleo a la India y a China ya que Occidente le cierra las puertas por lo de Crimea; que las reformas en Méjico se han paralizado; que el proceso de paz en Colombia aún tiene mucho camino por delante; que los esfuerzos de Macri pueden sufrir un revés por las elecciones del 2017; y que las manifestaciones en Chile comienzan a hacer mella en el sistema privado de pensiones, otrora símbolo de grandeza del vecino y causa de admiración mundial.

¿Ignoramos lo de China y lo del Brexit, esperanzándonos en permanecer inmunes a sus impactos? ¿O actuamos de manera responsable, midiendo riesgos e identificando las maneras de mitigarlos? ¿Hemos actuado imprudentemente con nuestro endeudamiento o lo hemos hecho responsablemente, convirtiendo nuestro sistema bancario en uno de reconocida solvencia por sus altísimos niveles de liquidez y calidad de activos? ¿Dependemos de un solo producto de exportación o actuamos con responsabilidad cuando se decidió en los 90s diversificar la base y el destino de nuestras exportaciones?

¿La decisión de entablar acuerdos de libre comercio con India y China no fue acaso impulsada por una estrategia responsable? ¿Ha decrecido nuestro producto o hemos demostrado responsabilidad en adherirnos a un modelo de crecimiento basado en inversión que por más de dos décadas muestra señales positivas? ¿Se ha visto ensombrecido nuestro futuro por la actuación de la Comisión de la Verdad y Reconciliación o se actuó con responsabilidad en contra del terrorismo y los crímenes del Estado? ¿Debilitamos nuestra reputación crediticia o, por nuestro comportamiento sostenido y responsable, nos hemos convertido en un ejemplo mundial?

¿Permitiremos que las próximas elecciones municipales descarrilen los esfuerzos del gobierno hacia la prosperidad o mostraremos grandeza y pondremos el hombro? ¿No destruiremos los fundamentos del sistema privado de pensiones o nos abocaremos responsablemente a refinar lo que con tanto esfuerzo hemos construido?

LIDERAZGO RESPONSABLE, MISIÓN CLARA, ESTATEGIA DEFINIDA Y MENTALIDAD DE CAMPEÓN
Reducir el número de peruanos que viven en la pobreza absoluta debe seguir siendo la misión primordial. Probablemente nos tome otros 25 años lograrla. Para ello debemos crecer de manera sostenible, en base a inversiones que generen empleo, que a su vez produzcan ingreso que alimente el consumo y  demanda de servicios. No es sostenible crecer con una población que no consume por no contar con los ingresos que genera el empleo.

Son muchas las ventajas competitivas peruanas pero creo sinceramente que la agro-industria, la minería y el turismo pueden convertirse en verdaderos motores de nuestra economía. ¿Qué nos frena?

Veo con ilusión productos peruanos en los grandes marcados británicos y me emociono. Desde la palta, los mangos, los espárragos, la uña de gato y la quínoa. La promoción de los atributos medicinales de ciertos productos peruanos podrían liberar al mundo de falencias renales y cardiovasculares. ¿Qué tanto cuesta a los servicios de salud pública en el mundo subsidiar dichos productos? ¿Por otra parte, ¿tanto toma ampliar los programas de irrigación y triplicar nuestra oferta?

‎La caída de precios de los minerales hicieron temblar a gobiernos y compañías, muchas se aproximaron al precipicio. No es la primera vez, ni será la ultima. El que se mantenga disciplinado en su política de costos, sobrevivirá la tempestad, y en el largo plazo, se impondrá. El Perú, por su geología y por los méritos de sus ejecutivos y  técnicos, ha sabido mantener el liderazgo mundial en mucho metales. Por eso es uno de los principales receptores de capital. El camino seguirá siendo largo, espinoso y sin rosas ... pero ¿qué país tiene tantos y tan buenos proyectos cupríferos por desarrollar? ¿Qué nos detiene?

Y aparte de ser gran país minero, tener buena gente y una industria  culinaria de altísima calidad, nuestros atributos turísticos aún no son promocionados ni reconocidos a la par de su calidad. Con mayor énfasis en el turismo todas las esferas de nuestra economía se beneficiarían. Desde los constructores hasta los transportistas, las agencias de viajes y la industria culinaria; además de los servicios de limpieza, las escuelas y los hospitales, los bancos y hasta los contadores y abogados. El Perú puede captar el 10 por ciento de su población como turistas, pero la ambición demanda que tengamos por lo menos el 50 % de nuestra población visitándonos cada año ¿Qué nos limita?

‎¿Existe algún país que objetivamente pueda brindar las oportunidades del Perú en materia agro-industrial, minería o turismo? ¿Te parece posible que seamos nosotros mismos los que solemos abdicar ante nuestras posibilidades por actos de corrupción, por inseguridad, por narcotráfico, que nos humillan y empequeñecen? Nuestra prosperidad no sólo depende de unos primeros 100 días, sino del crecimiento responsable y sostenido que al cinco, seis o siete por ciento pueda multiplicar nuestra riqueza por 3, por 4 o por 5, solamente entonces podremos declararnos país libre, soberano y glorioso. ¿Qué impide que el Perú asuma el reto de ser lo que está a su alcance?

Economía peruana. El dato sería mayor al crecimiento del PBI de 3,01% de octubre y muy por encima del 0,27% de noviembre del 2014.  (Foto: Archivo El Comercio)

La corrupción, la inseguridad ciudadana, el narcotráfico, la brecha de infraestructura y nuestro pobre bagaje educativo son el menú de impedimentos a nuestra prosperidad. No es un menú desconocido. Y para el peruano responsable, no es algo insalvable.

No es responsable quitarle el cuerpo a cada uno de dichos factores y menos aún dudar de nuestra capacidad para hacerlo.

Tenemos un injustificado complejo de inferioridad que se refleja en falta de ambición, tendencias muy pronunciadas a destruir nuestros fundamentos. Y cuando más cerca tenemos los objetivos trazados, huirle al éxito, como si lo considerásemos propiedad ajena.

‎¿Tanto nos importa el debate del 1 por ciento del IGV? ¿Tanta atención requiere la indebida actuación de uno, dos, tres personajes? ¿Cuánto nos debemos de lamentar que en 100 días aun no se hayan cumplido  todas las promesas electorales? ¿Tanto esfuerzo nos toma despojarnos del egoísmo político y esforzarnos por el bien común?

¿Somos o no capaces de construir un país cuya riqueza sea compartida por todos los peruanos? Somos o no ‎ capaces de dejar de lado nuestras diferencias y aceptar que entre todos podemos aprovechar al máximo el momento tan delicado por el que atraviesa el mundo y convertirlo en un capítulo dorado para el Perú? ¿Podremos impedir que el odio, el resentimiento y el miedo opaquen nuestros brillantes horizontes? ¿Sabremos honrar la humildad, el espíritu colectivo, el ingenio y el compañerismo que nuestros antepasados nos dejaran grabados en unas fortalezas, construidas por amor propio, y que después de siglos causan el asombro y la admiración de toda la humanidad?

William Shakespeare escribió: “No temas la grandeza. Hay los que nacen grandes, algunos alcanzan la grandeza, y otros, son poseídos por ella”. 

No es inútil imaginar que una nación como el Perú, su grandeza y el respeto a ella, hubieran inspirado al gran letrado.

Es la hora, el momento de unión. Tenemos una oportunidad histórica de reemplazar finalmente el yo por el nosotros,  y de liberar a nuestro pueblo del odio, el resentimiento y el miedo. Depende de nosotros, como líderes responsables, cumplir la misión de vencer la pobreza absoluta. Apliquémonos en ejecutar de manera disciplinaba nuestra estrategia, enfocando esfuerzos en los sectores donde podamos sobresalir. Y juntos hagamos frente a todos los retos con valentía, patriotismo y humildad.

¿A quién le tememos?

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