Carlos Gálvez, presidente del Comité organizador de Perumin (Foto: Andina)
Carlos Gálvez, presidente del Comité organizador de Perumin (Foto: Andina)
Juan  Saldarriaga

Durante el transcurso del primer día de , El Comercio conversó con Carlos Gálvez, presidente del Comité organizador del evento, sobre los conflictos sociales en el sector y la nueva Ley de Minería.

¿Qué espera de este Perumin, teniendo en cuenta el contexto actual del sector (y la de la región Arequipa)?
Las expectativas son extraordinarias, porque lo que queremos hacer es cambiar el chip a la gente joven, a los estudiantes universitarios y escolares. Una anécdota, al respecto: yo dejé de fumar porque mi hija de 5 años me obligó a dejar de fumar. Antes los padres educábamos a nuestros hijos; ahora los hijos educan a los padres. Eso es a lo que estamos apostando en Perumin 2019: a que los hijos enseñen cómo es la minería moderna a sus padres.  




El Ejecutivo ha indicado que su propuesta de Ley de Minería incluiría el desarrollo territorial y el adelanto del canon. ¿Está de acuerdo? ¿Qué propondría además de esto?
El adelanto del canon no es un tema regulado por la Ley General de Minería. Es un tema de manejo de presupuesto del gobierno central. Me parece muy bien que se quiera reformar ese manejo, porque en el pasado se han tomado recursos de todo el Perú que no se han invertido en las regiones, sino en Lima. Y eso está muy mal. Pero eso no tiene nada que ver con la Ley General de Minería. Por eso hacemos Perumin en Arequipa, porque queremos que esta región sea un centro principal de desarrollo de innovación y tecnología.

¿Cómo asegurar la continuidad de las inversiones mineras?
El objetivo es que se destruyan los temores y los mitos infundados contra la minería. Primero, [queremos que] a través de esta vía se eliminen los temores sociales infundados y se destruyan los mitos contra la minería. Cuando eso ocurra, habrá apertura a la inversión. Yo creo que estos niños y adolescentes, que asisten ahora a Perumin no tienen por qué no tener las mismas oportunidades que cualquier niño del primer mundo. Si conseguimos inculcarles valores y conocimientos, en el año 2050 tendremos un país del Siglo XXI.

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