En el campo, el vuelo de un pájaro, el florecer de una planta o el croar de una rana pueden servirle a quienes saben para anticipar eventos que están por venir.

En la selva urbana, también hay señales poco convencionales que le dan pistas a los entendidos del futuro.

Una de las más conocidas es la de la hamburguesa, usada por la revista británica The Economist para comparar monedas de acuerdo al precio de una Big Mac.

A la pregunta de si estos extravagantes indicadores iluminan u oscurecen el panorama, la economista Diane Coyle, directora de Enlightened Economics, le dijo a la BBC que son más rápidos que los oficiales.

Son un poco como las luces brillantes en una discoteca, que dan un destello, pero no la imagen completa.

Otros expertos dicen que no son confiables, pero al fin y al cabo, ¿qué lo es?

BBC Mundo se pasea por algunos de estos curiosos indicadores.

ELLOS Las ventas de ropa interior masculina son típicamente estables pues esta prenda está catalogada como una necesidad. Pero, al parecer, los hombres dejan de comprarla durante los tiempos difíciles para ahorrar dinero, de ahí el índice de los calzoncillos (MUI, por sus siglas en inglés). Ese índice tiene credenciales altas: se dice que Alan Greenspan, ex presidente de la Reserva General de Estados Unidos, lo usaba como una manera de tomarle la temperatura a la economía de ese país.

Pero no sólo se han usado los calzoncillos como indicadores sino también lo que cubren. Un estudio del economista Tatu Westling, de la Universidad de Helsinki, encontró una correlación entre el pene y la salud de la economía del país: en aquellos en los que el tamaño del órgano sexual masculino es promedio, la economía es más sólida. Lo que lo explica son los niveles de testosterona que están asociados a las conductas arriesgadas. En cualquier caso, el mismo Westling advierte que su estudio tiene que ser respaldado por otros más amplios.

ELLAS El índice del lápiz labial fue una invención de Leonard Lauder, el presidente emérito de la firma Estee Lauder , quien lo usó para explicar por qué su compañía había vendido tantos pintalabios a pesar de la recesión de principios de 2000. Se piensa que cuando los consumidores están en dificultades económicas, dejan de hacer grandes gastos pero siguen dándose gustillos, que se traducen en indulgencias como los cosméticos.

Pero cuando se trata de indicadores femeninos, el más conocido es el del ruedo o el dobladillo de las faldas. Y es de vieja data: en 1926, el economista George Taylor lanzó la idea de que el largo de las faldas sube o baja al ritmo de los mercados de valores: más cortas en tiempos de vacas gordas, más largas en los de vacas flacas. Hay estudios que dicen que parece que la relación existe, pero también hay otros que la cuestionan.

JUNTOS O SEPARADOS Los asuntos del amor también dan algunas señales de lo que está pasando en los bolsillos. Por un lado está el índice de la primera cita. El portal para encontrar parejas Match.com ha notado un marcado patrón que coincide con los avatares de la economía: sus períodos de más actividad ocurren en tiempos de recesión. La teoría que se deriva de esto es que cuando la situación se pone difícil, la gente se siente sola y busca compañía.

En el otro lado del espectro, la tasa de divorcio disminuye, debido a que estar casado trae beneficios económicos en muchos países, de manera que separarse no es conveniente.

EDIFICIOS La construcción de tres rascacielos que rompieron récords en su momento 40 Wall Street, el edificio Chrysler y el Empire State coincidieron con la Gran Depresión. Y ese no es el único ejemplo que hace del índice de los rascacielos uno de los que provoca más interés.

Según este indicador, originalmente concebido por Barclays, los booms de construcción preceden y luego coinciden con recesiones, particularmente cuando se empieza a construir un edificio más alto. Y entre más alto, más larga la crisis.

En la misma vena está la maldición de la nueva oficina principal. Cuando una compañía anuncia planes de construir o trastear su sede central, los inversores tiemblan: hay una larga historia de firmas a las que les cambió la suerte con la casa. Pero también hay otras experiencias que pueden invalidar esta teoría.

CAJAS Un indicador líder (aquellos cuyo valor cambia antes de que lo haga la economía), es el de las cajas de cartón. Una caída marcada en el uso de cajas de cartón significa que se viene una recesión.

Lo que hace que éste sea uno de los indicadores más sencillos es que responde a que la mayoría de los bienes no duraderos se despachan en contenedores de cartón. Si las ventas de cajas aumentan es porque la gente está comprando más cosas, y los manufactureros están empleando a más gente para satisfacer la demanda.

ARMAS Y CAVIAR Durante 17 años, Richard Aboulafia, analista del Grupo Teal, observó la correlación entre el presupuesto que le dedica el mundo a la compra de cazabombarderos (armas) y el dinero que se gasta en aviones privados de lujo (caviar ).

El resultado es una historia de geopolítica y economía global de una década y media, que empieza con una relación de 10 a 1 a favor de los cazabombarderos, cuando los presupuestos de Defensa todavía respondían a la lógica de la Guerra Fría (1989-90), para luego caer en los 90 hasta llegar a que la venta de los aviones de lujo superaran a los de guerra (en 1999, el clímax de la globalización). Los eventos de 11-S y la recesión temporalmente cambiaron la situación pero la creación de riqueza en el mundo desarrollado, semidesarrollado y en vías de desarrollo permitió el incremento de las ventas de aviones privados.

En resumen, el índice armas-caviar muestra el nivel relativo de ansiedad y júbilo de la élite global.