Tras varios días de lluvias en las zonas altas de la región, el peligro de desborde era inminente, aunque nadie calculó un desastre así. El río Piura inundó todo a su paso, como en la localidad de Pedregal Chico. (Foto: archivo Ralph Zapata)
Tras varios días de lluvias en las zonas altas de la región, el peligro de desborde era inminente, aunque nadie calculó un desastre así. El río Piura inundó todo a su paso, como en la localidad de Pedregal Chico. (Foto: archivo Ralph Zapata)
Daniel Macera

En el primer trimestre del 2017, el fenómeno de golpeó al Perú, afectando no solo a la población, sino también a su economía. En esos tres meses, el PBI del Perú creció 2,1%, mientras que la zona norte registró una caída de 2,1%, la más severa de los últimos 33 años, según información del (INEI).

El resultado negativo de las regiones norteñas en ese lapso se vio reflejado en las caídas del PBI de Piura (-3,6%), Cajamarca (-2,9%), La Libertad (-1,1%) y Lambayeque (-0,2%), que se sumaron al débil crecimiento de Tumbes (0,1%), de acuerdo a cifras del INEI. 

De esta manera, diversos analistas y miembros del Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski calcularon que los efectos de El Niño costero costarían alrededor de 1 punto porcentual en el crecimiento del PBI del año y que las regiones más afectadas por el golpe económico serían las del norte. Sin embargo, las recientes cifras revelan que esto no fue así.

Por el contrario, se observó crecimiento del PBI en el 2017 en la mayoría de las regiones norteñas que sintieron el paso de El Niño costero: Cajamarca (1%), Tumbes (0,9%), La Libertad (1,7%), y Lambayeque (2,1%). Solo en Piura se vio una caída (-1,7%), pero no fue de una magnitud catastrófica, como ocurrió con Madre de Dios, donde la producción se redujo en 9,8%.

Una tendencia similar se aprecia en los indicadores de pobreza de la Encuesta Nacional de Hogares del INEI, recién publicados. Entre las regiones golpeadas por El Niño costero, solo Lambayeque sufrió un aumento en la pobreza, de 3,7 (en Cusco la pobreza aumentó en 4,8%). El resto de regiones vio reducciones en dicho indicador:  Cajamarca (-0,7%), Tumbes (-0,1%), La Libertad (-1%), Piura (-2%).

De acuerdo con Carlos Oliva, director de la maestría en Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, para que se vea incrementada la pobreza de estas zonas tendría que haber habido una caída en el empleo. "Eso, con el fenómeno de El Niño costero, no fue un efecto directo. La gente igual siguió con su empleo".

NIÑO DE CORTA DURACIÓN

Un estudio de la consultora Maximixe presentado el año pasado estimó que las pérdidas en infraestructura que ocasionó El Niño costero fueron de más de S/17.300 millones, es decir, alrededor de US$5.000 millones o 3,9% del PBI. Sin embargo, el fenómeno tuvo un impacto menor al de ocasiones anteriores en términos del tamaño de la economía.

Según el Instituto Nacional De Defensa Civil, el impacto económico del fenómeno de 1982-83 se estimó en US$1.000 millones (casi 7% del PBI de 1983). Por su parte, la CAF calculó que los daños del fenómeno de 1997-98 ascendieron a US$3,500 millones, más del 4,5% del PBI.

"El efecto negativo de El Niño costero (2017) tuvo una duración muy corta y la intensidad no fue tan fuerte como otras veces. La economía primaria se recuperó relativamente rápido en estas regiones, que incluso dinamizaron su ritmo en la segunda mitad del año. Esto motivó a que crezcan por encima del promedio nacional y, por ende, vieron una reducción de la pobreza", afirma Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores.

En la misma línea, Hugo Perea, economista jefe del BBVA Reasearch, afirma que los resultados del INEI sobre la pobreza no permiten calificar a El Niño costero como la principal razón de su crecimiento.

"Es posible que las familias que hayan estado en la parte vulnerable de clase media, muy cerca de la línea de pobreza se hayan visto afectadas, pero la medición no muestra eso. La pobreza ha aumentado sobre todo en la zona urbana, y esto viene de una tendencia de hace tres años, que incluye un lento dinamismo de la demanda interna y, por lo tanto, de la generación de empleo urbano", argumenta Perea.

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