EL COMERCIO
La investigadora de la Universidad del Pacífico, Liuba Kogan, presentó el libro No…Pero Sí: Discriminación en empresas de Lima Metropolitana, publicación que analiza las formas de discriminación, por género, raza, nivel socioeconómico y orientación sexual, en el entorno laboral de las pequeñas, medianas y grandes de Lima Metropolitana
En el libro tratamos de entender los sistemas encubiertos de discriminación. Las empresas no son instituciones ajenas a la sociedad, en la cual se mantienen formas ocultas de discriminación cuando se toman decisiones respecto a los otros, indicó a elcomercio.pe.
En los estudios se encontró que en las grandes empresas se percibe la discriminación cuando se toman decisiones respecto a los ascensos. Al momento de reclutar trabajadores se percibe equidad, sin embargo, en muchas ocasiones y de manera oculta las personas que no cumplen con ciertos perfiles tienden a tener dificultades para escalar en las organizaciones.
La discriminación en esos casos se da cuando, de dos personas con las mismas capacidades profesionales, se elige a aquellas que cumplan con algunas categorías, como ser varón, blanco, heterosexual, proceder de un nivel socioeconómico alto, etcétera, añadió.
EL MARKETING COMO FACTOR Para Kogan, la discriminación se ha sofisticado de manera tal que ya no existe una declaración abierta contra determinada categoría de personas. A las personas se les hace cada vez más difícil darse cuenta que está siendo discriminada ya que no existe un discurso directo, sino que tiene que ver con la toma de decisiones que se hace entre los individuos.
Por otro lado, precisó que el lenguaje del marketing también influye en este aspecto. Hoy se habla de target cuando se quiere dirigir hacia una determinado grupo, aunque en el fondo se está excluyendo a las personas. Por ejemplo, una ejecutiva nos dijo que cuando necesitaban modelos para un evento en Asia buscaban a chicas blancas y rubias, pero cuando el lugar elegido era Villa El Salvador podían buscar una chica morena o de cabellos negros.
MUJERES EN ALTOS CARGOS La investigadora consideró que la brecha entre varones y mujeres en el ámbito empresarial ha ido disminuyendo, pero aún se puede observar que en los puestos de alta gerencia hay muy pocas mujeres.
Eso es un indicador que no todas las mujeres tienen las mismas posibilidades de ascender en el ámbito de las grandes organizaciones. Las cifras muestran que mientras más alto es el cargo y más grande la empresa, habrán menos mujeres, señaló.
En la investigación resaltó que hasta el 2009 solo habían cuatro mujeres que ocupaban el cargo de gerente general en las 100 empresas más grandes del país.
MEDIANAS EMPRESAS Y PYMES En cuanto a las medianas y pequeñas empresas, Kogan dijo que en las primeras, por lo general, no se cuenta con personal especializado para el reclutamiento de personas. Por ello, en muchas ocasiones se toman como indicadores la universidad de procedencia o el distrito donde se reside el postulante.
Desde la perspectiva de muchas personas esta forma de selección implica discriminación, porque sienten que no tienen oportunidades de entrar a trabajar en dichas empresas.
Por otro lado, en las pequeñas empresas se tiende a contratar a aquellos que no fueron tomados en cuentas en las grandes y medianas empresas.
En este caso se encuentran las personas de edad avanzada, discapacitados o individuos con una orientación sexual distinta. La que busca la pequeña empresa es sostenerse en el tiempo, ser productiva. Es por ello que no muestra interés por las características personales de los colaboradores y se preocupa más por sus habilidades, concluyó.
Sin embargo, dijo que en este tipo de empresas el gran inconveniente es la exclusión. No estar en planilla es una forma de exclusión, porque la persona no tiene los mismos derechos ni beneficios que sus similares, finalizó.