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Élida Vega Córdova

A pesar de que la sigue siendo una de sus principales preocupaciones, el conglomerado español , liderado por Manuel Manrique, seguirá apostando fuerte por nuestro país. En diálogo con Día1, el ejecutivo da cuenta de los pasos que darán para consolidarse en el Perú.

Empezaron este 2018 adjudicándose dos obras para los Juegos Panamericanos, ¿ha cambiado la visión de lo que pensaban lograr en el Perú hace un año? Los Panamericanos son un hito y un desafío muy importante para la compañía y para el país. Nos ha ido bien este año y esperamos que nos vaya bien el siguiente. Hubo un cambio político sí, pero siempre soy optimista y le doy mi confianza [a Vizcarra] porque estoy seguro de que trabajará por el bien del Perú.

Hasta el año pasado, su principal preocupación era la tramitología, ¿con un nuevo presidente, esa inquietud sigue latente? Casi sí, porque lo de Odebrecht hizo más dura esa problemática y es entendible porque frente a una ola de escándalos, se toman menos decisiones y eso, desgraciadamente, retrasa los proyectos. Los veo bien intencionados porque hay mucho campo por trabajar y si se logra una reducción dramática de esa tramitología, se duplicaría el PBI del Perú.

Con los Panamericanos, ¿lograrán duplicar su facturación en el Perú, que hasta el 2017 representaba el 5% de la facturación total de su matriz? Eso va a ayudar, pero también hemos crecido en otros frentes. Este año aquí posiblemente facturaremos casi US$300 millones.

¿Eso confirma, como me dijo, que en cinco o 10 años el Perú será el país de la región número uno para Sacyr? En caso mejoren las tramitaciones burocráticas, sí. Si se consigue la hipótesis sobre el crecimiento del Perú, no dude que será nuestro primer país y si no, estará entre los primeros.

Además del Tramo IV de la Longitudinal de la Sierra, de la Línea 3 del Metro y del aeropuerto de Chinchero, ¿qué otros proyectos tienen en su radar? Nosotros tenemos cuatro grandes focos de desarrollo de negocios: construcción, concesión, industria y servicios. Además de las iniciativas privadas (IP), hemos presentado diez proyectos y tres podrían tener visos de realidad a finales de año o a inicios del que viene. Un gran sector al que queremos entrar es la minería, y ahí es donde más esfuerzo estamos dedicando.

¿Ya han firmado algún contrato? Hay dos importantes proyectos en los que estamos iniciando conversaciones serias, como Quellaveco y Mina Justa. Nuestra gama de actuación en proyectos mineros es muy amplia, desde la obra civil hasta tratamiento de aguas, instalaciones industriales, servicio, mantenimiento y conservación.

¿Cuál de esas líneas podría apuntalar la facturación de Sacyr en el Perú? A corto y mediano plazo va a ser la minería, ojalá logremos un empujón a finales de este año o en el 2019, año en el que saldrá, por fin, el Tramo IV y ahí estaremos, al igual que en el sector aeroportuario y en el metro. Si se consigue una o dos grandes obras públicas, eso decanta.

En las IP, hoy tienen diez, pero el año pasado tenían entre 3 y 5, ¿cuáles son las nuevas apuestas? Las tres que están muy avanzadas suman US$500 millones de inversión. Dos son de agua y alcantarillado: Junín por US$150 millones y San Martín por US$50 millones, y la de Lima es de infraestructura por US$300 millones. Las otras siete pueden sumar entre US$500 y US$700 millones.

¿Puertos no les interesa, considerando que tienen experiencia? Claro, nosotros nos presentaremos en las grandes obras de infraestructura, incluidos los puertos. A veces, los puertos nos gustan menos en concesión pero si es obra pública, nos presentaremos. Tenemos mucho ‘background’ en puertos y es una de nuestras fortalezas.

¿Qué información tienen de los proyectos portuarios de la lista de Pro Inversión? La relación que me han dado no es a corto plazo, parece que el año que viene habrá uno.

Hay varias oportunidades, debido a la necesidad de descongestionar el Callao y descentralizar. Claro que sí, pero nuestra participación depende del formato. Si es obra pública, sí iremos, pero si es concesión, lo estudiaremos.

En el caso del aeropuerto de Chinchero, ¿mantienen sus pretensiones de ir por este proyecto? Como se cambió y el proyecto será una obra pública y no una concesión, iremos sí o sí, y si la administración se da en concesión también iremos, porque tenemos experiencia.

¿La sociedad que tienen con Saceem para los Panamericanos se repetirá en otros proyectos? No necesariamente, nosotros vamos proyecto a proyecto y estudiamos si necesitamos un socio o no y si nos aporta o no.

El modelo de contrato inglés aplicado en los Panamericanos, ¿es anticorrupción? No son contratos anticorrupción, hay que verlos de otra manera.

¿De qué manera? Los procesos administrativos en este país son muy, muy lentos, si se hacía así a lo mejor llegábamos a los siguientes Juegos Panamericanos, pero fueron muy inteligentes y suscribieron convenios con Inglaterra y Canadá para agilizar los procesos y no para evitar la corrupción.

¿Se ha hablado de la posibilidad de extrapolar esta experiencia a otros contratos? No creo. El Perú tiene la capacidad, la legislación y la estructura suficiente y necesaria para hacerlo. Este fue un tema puntual, pero entre todos debemos trabajar para acortar los plazos.

Tomando en cuenta que el problema de los plazos lo experimentan desde el 2011, ¿espera algún cambio inmediato? Estoy seguro de que se va a ir mejorando, no a la velocidad que a mí me gustaría, pero sí lo suficiente para que el Perú lo note, y vamos a apoyar a muerte para que así sea.

Sobre su mirada en Latinoamérica, se dijo que Chile, Perú, Colombia y México serán la mitad de sus mercados estratégicos fuera de España, porque junto a otros cuatro países representarán el 80% de su cuota de resultados, ¿van por buen camino? Hoy, la Alianza del Pacífico ya es muy importante y son los cuatro países en los que más esfuerzos, posibilidades e ilusiones tenemos. Queremos que sean ‘home market’ y trataremos de repetir en el Perú, la estructura que tenemos en España, y eso solo lo hacemos cuando nos sentimos como en casa.

¿Cómo está la distribución entre contratos públicos y privados? Hoy casi todos son públicos y por eso queremos ir al privado, al sector minero específicamente.

¿Tienen alguna meta en ese sentido? Es muy difícil hacer previsiones en minería, porque el ritmo es diferente y se necesitan varios permisos.

¿Qué podría hacer peligrar la visión que tienen sobre el Perú? Como en cualquier país, el riesgo político o el cambiario. Por eso, cuando vamos a un país nos gusta que haya seguridad física, jurídica y administrativa, con reglas claras.

Considerando que la meta de los US$300 millones se adelantó para este año y pensaban en los US$1.000 millones para sus primeros 10 años, ¿también eso podría adelantarse? Sí, pero hemos tenido un empujón único con los Panamericanos y eso se nota en la facturación. Para nosotros es más importante consolidar que llegar a una meta numérica, porque no nos ponemos límites. Si ganamos más contratos, aceleraremos.

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