Thorne: "La clase media paga más IGV que el segmento A/B"

El MEF del ministro Alfredo Thorne tiene menos de tres meses para aprovechar las facultades legislativas delegadas. Lo primero en ver la luz será el paquete para impulsar la inversión pública. 

Ya tienen las facultades. Se ha dicho que, para lograrlas, le dieron la Sunat al fujimorismo. 
[Risas] De ninguna manera. Lo que más nos preocupó fue que el jefe de la Sunat sea un gestor, no un tributarista. En ese proceso salió el nombre de Víctor Shiguiyama. Que haya tenido un pasado fujimorista no significa nada para nosotros, excepto que vamos a evaluar a la gente por su experiencia profesional y no por sus ideas políticas.

¿Cuáles son las prioridades en los 90 días para legislar?
Lo primero será el paquete de inversión [pública], donde incorporaremos un modelo de cierre de brechas. También [la reforma de] Pro Inversión.

Ha dicho que va a impulsar las iniciativas cofinanciadas. El gobierno anterior también quiso hacerlo y terminó retrocediendo.  
Lo que sucedía antes es que el concedente elegía las obras que iban a ser cofinanciadas no una entidad especializada como Pro Inversión. Por eso, muchas obras entraban como cofinanciadas sin serlo realmente. Lo primero que haremos es rearmar Pro Inversión. Ha sufrido fugas de talentos y no tenía los gerentes ni la tecnología adecuados. Estamos trayendo talento peruano especializado en APP que está afuera. 

Con las facultades podrán lanzar el paquete tributario. Alonso Segura, su antecesor, criticó este domingo en El Comercio que, con los cambios que ha hecho el Congreso a la propuesta de ampliar la deducción del Impuesto a la Renta a las personas, esta se ha convertido en un Frankenstein.
No me parece correcto. Lo que ha hecho el Congreso es ampliar la posibilidad de incluir otras deducciones. Haremos los cálculos. Para nosotros lo esencial era salud y vivienda porque hay brechas importantes en ambos. 

Con esa lógica, educación podría quedarse en la lista final del MEF. 
Sí y no. En efecto, existe una gran brecha en educación, pero es un sector que ya tiene beneficios tributarios importantes. Las universidades no pagan IGV y algunas tampoco pagan Impuesto a la Renta. Podría justificarse para servicios educativos como clases particulares, por ejemplo. Como dijimos en el debate, lo vamos a revisar. 

También el domingo en El Comercio, José Carlos Saavedra, de Apoyo Consultoría, escribió que los cambios al IGV y al Impuesto a la Renta benefician a las familias de mayores ingresos. 
El 75% de la canasta básica paga IGV. Es más, nosotros hemos calculado –y lo ha visto el Banco Interamericano de Desarrollo– que la clase media paga por IGV 65% más que el segmento A/B. En cuanto al Impuesto a la Renta, los niveles a partir de los cuales uno tendría acceso a la deducción propuesta son S/40 mil anuales. Esto abarca a un porcentaje de la clase media. 

Para que la gente decida acogerse a esta deducción contra la entrega de facturas, la Sunat ya va a tener que ser amigable.
La idea es tener reuniones semanales con Víctor Shiguiyama y su equipo. La cantidad de restricciones que ponía la Sunat para el pago de impuestos es para volverse loco. El cambio tributario y el cambio de concepto de la Sunat van en paralelo. 

¿Cómo va el diseño del seguro de desempleo?
La discusión de si va a haber CTS o seguro es la equivocada, no vamos a quitar la CTS. Para nosotros, el seguro de desempleo es un instrumento para formalizar. Hoy solo 3 millones de 16 millones de trabajadores acceden a CTS. En otros términos, solo 3 millones están protegidos ante un evento de desempleo. Esto es preocupante. 

En un evento de Amcham hace unos días, el gerente general del BCP le dijo a su viceministra de Economía que una reforma laboral formalizaría más que la reducción del IGV.
La agenda [laboral] está atracada en el Tribunal Constitucional. A los magistrados les preocupa dejar sin protección al trabajador. Avanzar en formalización ayudará a cambiar este enfoque. Del empresariado hay mucha ligereza al decir que lo que necesitamos es una reforma del empleo. Solo la tercera parte de trabajadores tiene empleo formal. A nosotros nos preocupan los otros dos tercios.