El pleno del Congreso de la República aprobó esta tarde la Ley del Servicio Civil con 58 votos a favor, 45 en contra y tres abstenciones.
En opinión de Augusto Townsend, editor de Economía Negocios de El Comercio, representa, quizá, una de las reformas más importantes que tenía el actual Gobierno en su agenda.
No ha sido sencillo, hubo bastante oposición de parte de los trabajadores públicos porque había una idea de que su aprobación iba generar una serie de despidos, explicó.
Sin embargo, consideró que la reforma tuvo de su lado el apoyo mayoritario de los ciudadanos. Hecho que se vio reflejado en las últimas encuestas sobre el tema, precisó.
CUATRO CLAVES Townsend indicó, a modo de resumen, que tras la aprobación de esta ley se debe tener en cuenta ciertas directrices.
Por ejemplo, la reforma no implica que hayan despidos inmediatos, sino que estos se apliquen si un trabajador no logra pasar hasta tres evaluaciones Se busca que que la gente que trabaja en el Estado sienta que su empleo depende de su desempeño profesional, que haya meritrocracia.
También destacó que hay una intención de reformar el caótico sistema laboral, con la fusión de los tres regímenes que existían: DL 728, DL 276 y el CAS. Hasta cierto punto era contradictorio que que el Estado exija altos estándares a la empresa privada y que su propio sistema sea tan desordenado, añadió.
Otro punto que no se debe dejar lado es que no se van a tocar regímenes especiales como el de los policías, militares, maestros y magistrados.
Por último, las implicancias de la reforma no se darán en el corto plazo. Lo que se busca es que en cinco o diez años se haya producido una reforma estructural de la manera como opera el Estado y que eso se sienta en de forma más tangible en los servicios que reciben los ciudadanos, finalizó.