Petróleo
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Redacción EC

Los movimientos en el precio internacional del tienen un impacto importante en los mercados de capitales y las economías de algunos países. Tras su desplome en el 2014, este precio no ha logrado estabilizarse. Si bien la recuperación de la economía mundial podría favorecer su demanda, aparecen factores estructurales que hacen difícil proyectar un alza sostenida.

Históricamente, la OPEP, el mayor cártel de productores de petróleo, ha tenido gran influencia en la evolución del precio. Aunque su poder ha caído en los últimos años a raíz del crecimiento de otros productores como Rusia y EE.UU., dicha organización todavía produce un tercio de la oferta mundial y, por lo tanto, es una fuerza considerable en la formación del precio.

En noviembre pasado, la OPEP llegó a un acuerdo con Rusia para reducir conjuntamente su producción, gatillando un incremento significativo del precio internacional. Hace algunas semanas, este acuerdo fue ampliado por seis meses, pero la reacción del mercado fue negativa, pues se esperaba un recorte más ambicioso.

Una de las mayores fuerzas que han debilitado el poder de la OPEP es la aparición del llamado ‘shale oil’ o petróleo de esquisto, hidrocarburo no convencional extraído de rocas. En el pasado, la producción de ‘shale oil’ solo era viable cuando los precios del petróleo se elevaban considerablemente. Sin embargo, avances tecnológicos han permitido reducir los costos de extracción y se estima que muchos productores pueden hacerlo de manera rentable a US$45-US$55 por barril. La consecuencia de este cambio estructural es que la oferta de crudo se incrementa significativamente cuando la valla pasa los US$55-US$60 el barril, poniéndole un techo natural al precio.

Otro aspecto que impacta la cotización del crudo es el nivel de inventarios, principalmente en EE.UU., donde se han mantenido bastante elevados en los últimos años. Más allá de la producción de la OPEP, los inventarios se ven afectados por factores estacionales y por la producción de otros países, algunos de los cuales tienen una producción volátil dada su exposición a riesgo político y al terrorismo, como Libia y Nigeria. A todo esto tenemos que sumarle las apuestas especulativas de algunos fondos que afectan de manera importante los precios.

En cuanto al impacto del precio del petróleo en los mercados de capitales, los ejemplos son varios. Por un lado, puede afectar el crecimiento de grandes economías como la de EE.UU. y, por ende, el desempeño de los principales mercados de acciones. En renta fija, muchas empresas ligadas al sector incumplieron con el pago de sus bonos tras la caída del crudo en el 2014. Las monedas de países productores como México, Colombia y Rusia se han devaluado como consecuencia del impacto en su balanza comercial.

Recientemente hemos visto mucha volatilidad en el precio del petróleo, lo cual genera incertidumbre en los mercados por su gran impacto a nivel global.

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