(Foto: El Comercio)
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La alista un conjunto de medidas para alcanzar la meta del gobierno de aumentar la recaudación en 10% este año –lo que implica un aumento de la presión tributaria en 0,7% del PBI– y dar una imagen de una institución más dura frente a los evasores.

“Pasaremos de un año de la facilitación [en referencia al 2017] a un año del cumplimiento. Queremos que la gente cumpla con sus obligaciones o por las buenas o por las buenas”, enfatiza , jefe de la Sunat.

Shiguiyama se muestra confiado en alcanzar la meta de recaudación en este año, sobre todo por el impulso que le darían a los ingresos tributarios los mayores precios de los commodities de exportación y los mayores envíos de productos peruanos al exterior, previstos en US$48.000 millones este año.

También cree que el impacto negativo del Caso Lava Jato ya no sería tan fuerte en este ejercicio, aunque mostró dudas sobre el que tendría el caso del llamado ‘club de la construcción’. “Es un caso nuevo y hay que ver cómo afectará este año”, dice.

Shiguiyama agrega que la Sunat también alista una estrategia para complementar el impulso externo, basada en la explotación de la información y en una fiscalización más eficaz.

Así, sostiene que la Sunat usará su nueva arquitectura tecnológica para aprovechar al máximo todos los datos que tiene como administración tributaria. Para esto, prevé incrementar los comprobantes de pago que pasan por su plataforma electrónica de 120 millones de documentos en el 2017 a 1.200 millones en este año.

“A partir del primer trimestre del año, vamos a empezar a usar información de comprobantes, libros electrónicos y un conjunto de información que tenemos almacenada” revela.

Una de las cartas de la gestión del ex ministro de Economía Alfredo Thorne para estimular el mayor uso de las facturas y el cumplimiento en el pago del fue permitir la deducción de ciertos gastos de las personas naturales del Impuesto a la Renta. Para Shiguiyama, el impacto de esta medida sería “marginal” en la recaudación, pero sí contribuiría a crear una cultura más proclive a solicitar comprobantes de pago.

Por ello, con el fin de aumentar la recaudación, la Sunat también tomará “medidas rudas de fiscalización para generar cumplimiento”.
“La bala de plata se llama fiscalización. Hay un conjunto de acciones que la administración tributaria va a tomar que irán subiendo de tono, desde los cruces básicos en los que podemos mandar una notificación hasta un proceso penal” advierte.

Además, Shiguiyama adelanta que este año empezarán a utilizar a plenitud la norma antielusiva. La Sunat ya trabaja con el MEF una estrategia para explotar esta norma y ponerla en acción en el primer semestre de este año.

REACCIONES
Para el economista y ex jefe de la Sunat Luis Arias Minaya, los ingresos tributarios solo crecerían de forma moderada en este año a menos que se haga una reforma tributaria. Proyecta que la recaudación podría crecer solo hasta 0,4% del PBI el 2018.

En tanto para Juan Carlos Odar, director ejecutivo de Phase Consultores, el crecimiento de 10% es un objetivo retador, porque implicaría recuperar ingresos del segmento en el que más cayó la recaudación el año pasado, que es el de las personas jurídicas.

Shiguiyama reconoce la necesidad de una reforma tributaria para aumentar los recursos. Afirma que, en el mejor escenario, considerando tanto el alza de los precios de los metales a niveles del ‘superciclo’ que terminó en el 2011 como el éxito de sus iniciativas, la recaudación solo podría crecer hasta el 16% del PBI. En el 2017, la presión tributaria fue de 12,9% del PBI, mientras que el nivel más alto registrado en los últimos años fue de 16,9% en el 2012.

Por ello, indica que se requiere una reforma que incluya modificar los regímenes especiales para pymes, como el RUS y el RER. Sin embargo, la implementación de estos cambios aún carece de una fecha cierta.

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