Censurados Film Festival: películas sin filtro
Censurados Film Festival: películas sin filtro
Elisa Fuenzalida

Las salas de proyecciones del mundo bullen entre enero y marzo. Sundance, Rotterdam y Berlinale, los festivales de cine independiente punteros a nivel planetario, funcionan como atestados laboratorios audiovisuales en los que la premiación muchas veces pasa a segundo plano. Una auténtica peregrinación de cinéfilos se abarrota en las puertas de las salas, contrastando expectativas y recomendaciones. El público festivalero suele ser exigente e informado. Sabe, además, que los equipos de producción trabajan con presupuestos muy limitados, que muchas de las películas programadas permanecerán poco tiempo en la cartelera comercial. La relación espectador-filme es crítica pero también emotiva. En el Perú, el Festival de Cine Independiente, el cineclub La Pelirroja y Censurados Film Festival llevan a cabo la labor indispensable de exponer toda la diversidad de la producción internacional que se genera al margen de la monotemática hollywoodense. No solo son los temas más polémicos o inconvenientes, los guiones más desopilantes y las producciones locales no aptas para el auspicio de bancos y cervezas, sino géneros tan amplios como el documental (que tanto aporta a la cultura contemporánea, como el enorme impacto social de "The Act of Killing", de Joshua Oppenheimer, proyectado precisamente en la edición 2014 del Festival de Cine Independiente) o el cine de autor, que simplemente se suelen quedar fuera del coto de interés de los multicines. 

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Censurados Film Festival se inició en el 2014 en ese enclave pivotal de la cultura independiente que es Casa Tupac, en Barranco, suma de los esfuerzos de la casa y de los colectivos Censurados y Combi Arte Rodante (que trabaja principalmente en provincias, llevando proyecciones y talleres de audiovisuales). Coherente con su lema: “Las películas que ellos no quieren que veas”, la curaduría se lleva a cabo seleccionando filmes cuya proyección ha sido prohibida, la distribución bloqueada o que en definitiva chocan contra los intereses de la propia industria cinematográfica. 
Los ejes temáticos varían en cada edición. Para la próxima tercera versión se han elegido tres: libertad de prensa (de cara a las inminentes elecciones), género y diversidad sexual, y música y censura. "Project Censored" es una de las más recomendadas en cuanto al tema de libertad de prensa; en relación a género y diversidad sexual, "Yes, We Fuck!" es un documental que ilumina sin complejos ni exotismos deliberados una de las áreas más invisibilizadas de la sociedad: la vida sexual de las personas con discapacidad. A través del monográfico de Bolivia, se podrá conocer también la lucha de colectivos feministas tan relevantes como "Mujeres creando". El festival cierra con "They Will Have To Kill Us First", acerca de la resistencia pacífica a través de la música, en Mali. 
     Fuera de los ejes temáticos de la tercera edición del festival, merece mención aparte "Behemoth", del director chino Zhao Liang. La película, contundente cierre del pasado Festival de Venecia, fue calificada por muchos de los críticos de la Mostra de obra maestra y voceada como favorita para alzarse con el León de Oro (que finalmente recibiría la venezolana "Desde allá").  Esta desgarradora denuncia de la explotación humana, la aniquilación del medioambiente a través de la minería y la especulación inmobiliaria, cuya impecable fotografía elabora una narrativa poética y perturbadora, mete el objetivo de la cámara en las heridas abiertas del capitalismo más salvaje y ha llevado al director a ser comparado con un Dante contemporáneo. Los derechos de una película tan aclamada como "Behemoth" no resultan fáciles de gestionar, pero el director, informado por los programadores acerca de la pertinencia de la proyección de un documental que aborda una temática tan pobremente debatida en nuestro país como la del extractivismo, los ha cedido íntegramente a Censurados. 
     Pero este no es el único caso de un filme que se asocia estrechamente con acontecimientos locales. Recordando una de las acciones más tristemente célebres de la actual gestión municipal de Lima, "Writing on the City", del iraní Keywan Karimi (a quien el rodaje del filme le ha significado una condena de seis años de cárcel y 223 latigazos), se ajusta con precisión a la temática del festival a tal punto que se proyectará el único fragmento que fue recuperado de la requisa policial.  “Los muros son espacios de crítica”, dice una voz en off mientras observamos imágenes familiares de manifestantes ensangrentados y estudiantes surgiendo de las sombras para dejar la huella efímera de su disconformidad en una pared sucia de una calle de Teherán.   

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La convocatoria para este tipo de cine, inconveniente, áspero, hecho para recordar, para repensar lo que asumíamos como comprendido, se mantiene firme a pesar de los mandatos de los programas que se empecinan en entender las salas de cine como espacios designados únicamente para la evasión. “Por un lado, creo que se está trabajando mucho en la formación de públicos. Tanto el Ministerio de Cultura como otras instituciones independientes están haciendo muchos ciclos de cine peruano, algunos en las plazas, al aire libre… pero creo que ese esfuerzo también lo tendrían que hacer los cines comerciales”, comenta Teresa Castillo, programadora del festival. 
     Censurados Film Festival inicia sus proyecciones, conversatorios y exposiciones el 16 de febrero, y clausura el día 21. Todas las proyecciones, a precio popular, se realizan en los jardines de Casa Tupac, al fresco del verano. Más información y la programación completa en censuradosfilmfestival.org.

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