La licencia que más ganancias le da a Star Wars es la de LEGO. El volumen de ventas del Perú está entre los cuatro primeros lugares de Sudamérica.
La licencia que más ganancias le da a Star Wars es la de LEGO. El volumen de ventas del Perú está entre los cuatro primeros lugares de Sudamérica.

La prehistoria del ladrillo más famoso del mundo se ubica en 1932, con la puesta en marcha de una fábrica familiar en el corazón de un ‘pequeño bosque con abejas’. Eso es exactamente lo que significa Byllundt —ahora Billund—, la localidad danesa donde empezó a construirse el relato de . Aquí vivía Ole Kirk Christiansen, padre fundador del ahora imperio, carpintero y ebanista de oficio, con su esposa Kirstine y sus cuatro hijos: Godtfred, Gerhardt, Karl y Johannes.

El mismo año que Christiansen abrió su taller de carpintería, Kirstine murió. Él entonces empezó a fabricar juguetes de madera para intentar distraer a sus hijos de la pena. Y lo logró. Los niños se divertían tanto con ellos que decidió probar suerte y dedicarse a la fabricación de estos. ¿Por qué no? Christiansen era muy minucioso en su trabajo, y la calidad de sus productos no pasó inadvertida en el mercado local, que pronto se vio invadido de patitos y carritos de madera de excelente acabado.

Toda la familia se involucró en el negocio, pero fue Godtfred el más interesado en participar. Había empezado a los 12 años como aprendiz en el taller, y, aunque solo asistió a la escuela primaria, llevó varios cursos de artesanía. A fines de los treinta, cuando aún no cumplía 20 años, creó nuevos diseños de carritos y otras piezas. Así se convirtió en la mano derecha de su padre, y en el responsable de que la compañía creciera.

Los Christiansen avanzaron con constancia, dedicación y compromiso, aun en épocas tristes, como cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, o el negocio se enfrentó a libros de cuentas en rojo, o incluso la devastación total tras el incendio de su fábrica en los cuarenta. Hubo que volver a empezar.

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El impulso para regresar luego del desastre fue también el inicio de la historia que ahora conocemos. En 1947, buscando nuevos rumbos para el negocio, Christiansen padre conoció una máquina de inyección de moldes para producir bloques plásticos de construcción. Si bien esto era una novedad para él, la compañía británica Kiddicraft, también dedicada a los juguetes, ya trabajaba con ella desde la década anterior.

En 1939, Hilary Page, fundador de Kiddicraft, solicitó una patente para lo que él llamó toy building blocks, un juguete de construcción basado en cubos de madera tradicionales, pero hechos de plástico con un interior hueco y cuatro postes en la parte superior. Aunque los Christiansen empezaron trabajando con este modelo, luego introdujeron mejoras a los cubos, y los convirtieron en ladrillos de perfecto encaje automático. Esto dio pase, en pocos años, a la elaboración de un sistema estructurado de construcción que desafiaba la imaginación de los niños para crear diversas formas con las piezas disponibles. El modelo del ladrillo fue patentado en 1958. Ese mismo año Ole Kirk Christiansen murió de un infarto al corazón.

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Godtfred Christiansen tomó las riendas de la compañía tras la muerte de su padre, y es bajo su mando que esta creció de manera definitiva e imparable. En 1962 se incluyeron llantas —sumando movimiento al juego— y en 1964 se presentó el primer producto con manual de construcción. En este tránsito los bloques fueron ampliando su oferta en cuanto a tamaño y posibilidades. La pasión del público tendrá un hito en 1968, con la inauguración del primer parque del mundo, ubicado, por supuesto, en Byllundt.

Al abrir una oficina de ventas en los Estados Unidos en 1975, la historia de la familia que fabricaba juguetes de madera cambió definitivamente. Empezaron a expandirse por todo el mundo. En nuestro país LEGO tiene tres tiendas autorizadas (en el Jockey Plaza, Plaza San Miguel y Plaza Norte), y como explica Natalie Malamud, representante comercial de la empresa en el Perú, la del Jockey Plaza ha logrado ser la primera tienda certificada en América Latina. Esto quiere decir que se cumple un estándar internacional y que los clientes pueden vivir la misma experiencia que al entrar en la tienda de, por ejemplo, Japón, disfrutar de un recorrido especial y contar con circuitos de juego.

Los niños que crecieron armando sencillas figuras de camioncitos con ladrillos son ahora los adultos que se maravillan ante la minuciosidad necesaria para encajar pequeñas y versátiles piezas y armar complejos barcos piratas. Además, otro acierto de la marca ha sido asociarse con franquicias para desarrollar productos exclusivos con figuras de Avengers o de Star Wars. El Halcón Milenario o la Estrella de la Muerte son de los productos más cotizados.

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En una ocasión Ole Kirk Christiansen dejó a su hijo Godtfred a cargo de la producción de un lote de patitos de madera. Al regresar a supervisar el trabajo, el patriarca de LEGO se encontró con una sorpresa: Godtfred dijo que había encontrado la forma de ahorrar en la producción, pasando solo dos y no tres capas de laca a cada patito. Esto, para Ole Christiansen, era inadmisible. Mandó a su hijo de vuelta al trabajo.

LEGO es la abreviatura de dos palabras danesas, leg godt, cuyo significado es ‘jugar bien’. Toda una filosofía.

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