Jorge Valenzuela Garcés

Antes de que se cumpliera el centenario de Trilce de Vallejo, algunas instituciones, fondos editoriales universitarios y editoriales independientes se dieron a la tarea de publicar ediciones facsimilares de algunos libros del poeta santiaguino. El propósito, sin duda, era recuperar parte del patrimonio bibliográfico vallejiano, trayendo al presente las ediciones originales.

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Es el caso de Poemas humanos (1939), cuya edición facsimilar fue realizada en el 2019 por el Fondo de la Universidad Ricardo Palma. En el estudio que acompaña la edición, César Ferreira sostiene que “toda edición facsimilar supone una suerte de breve retorno al pasado, pues sirve para reconstruir cómo llegó el libro al mundo” y “cómo lo recibieron sus primeros lectores”. Anotemos, por ejemplo, que en esta edición figuran textos de Luis Alberto Sánchez, Jean Cassou y Raúl Porras Barrenechea, inhallables en ediciones posteriores. Y es que de eso se trata, de recuperar, a través del facsímil, los paratextos que acompañaron a la edición original.

Lo mismo sucedió con Fabla salvaje (1923), edición facsimilar del 2020, hecha por el mismo fondo editorial y también con estudio de Ferreira. Revisando la edición advertimos elementos y datos que de otra forma no nos sería posible conocer: una carátula que presenta el grabado de una cabeza precolombina; la inserción del texto en una serie quincenal ilustrada con el título La novela peruana; una foto de un jovencísimo Vallejo; un conjunto de ilustraciones en el interior que evocan escenas del libro; y, hacia el final, un anuncio que nos informa sobre los autores y títulos de la serie quincenal: Clemente Palma, José Gálvez, Beingolea, Valdelomar, López Albújar, entre otros.

Tiene lo suyo la edición facsimilar y ‘secreta’ (se han tirado solo 50 ejemplares numerados) de El tungsteno (1931) al cuidado de Valentino Gianuzzi y Carlos Fernández. La edición ha tratado de acercarse al original en todos sus detalles, empezando por la calidad del papel, del humilde cartón de la carátula, los colores y el formato original. Es decir, ha tratado de recuperar los materiales y las técnicas de impresión con las que trabajaba una editorial popular como Cenit, dedicada a la publicación de autores comunistas en su colección “La novela proletaria” (dentro de la que se publica El tungsteno), con autores como Gladkov o Sholojov.

Para Ricardo Silva-Santisteban, encargado de la edición facsimilar de Escalas. Melografiadas por César Vallejo (1923), “las facsimilares sirven para recuperar, en forma fidedigna, la edición que fue cuidada por el autor”. Acompaña a esta, realizada por el Fondo editorial de la U. Ricardo Palma (2021), una nota en la que se informa que la impresión, realizada en los Talleres Tipográficos de la Penitenciaría, constó de 200 ejemplares hechos en papel periódico. Esta edición, como las demás, cumple con poner en circulación libros valiosos descatalogados, y acercar al presente la materialidad de un libro mítico que, al momento de ser recibido y consumido, produjo en el primer lector un efecto que, ahora, se busca reproducir. No olvidemos que las ediciones príncipes (reproducidas como facsímiles) son las que sirven para la elaboración de las ediciones críticas.

La perla de la corona de estas ediciones facsimilares es, sin embargo, la que Alastor Editores (2022) acaba de lanzar como un homenaje y celebración de los 100 años de la publicación de Trilce. El libro contiene el facsímil de la primera (1922), hecha en el Perú con el famoso prólogo de Antenor Orrego, y la segunda (1930), hecha en Madrid, con una noticia de José Bergamín y una salutación-poema, “Vallejo Vallejo”, de Gerardo Diego. Con un notable estudio “Hipótesis de Vallejo” y las notas de Silva-Santisteban, el libro incluye, además, el facsímil de los poemas de Trilce que se publicaron años antes de que pasaran a formar parte del libro. Recogidos de publicaciones periódicas como Bohemia, Mundo limeño, La crónica, Perú, entre otras, los poemas muestran variantes importantes que nos permiten advertir las diferencias entre las versiones primigenias y las definitivas, y obtener conclusiones interesantes.

La edición, también incluye, como una joya, el facsímil del poema Trilce, fechado en París y publicado en Alfar, una revista de La Coruña, en el número 33, en octubre de 1923, un año después de la publicación del poemario. Citemos la primera estrofa: “Hay un lugar que yo me sé / en este mundo, nada menos, / a donde nunca llegaremos”.

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