Rooney Mara, acostumbrada a interpretar a mujeres fuertes ( "La chica del dragón tatuado", 2011, y "Carol", 2015 ), ofrece una sólida actuación como una revolucionaria María Magdalena. [Foto: Jonathan Olley]
Rooney Mara, acostumbrada a interpretar a mujeres fuertes ( "La chica del dragón tatuado", 2011, y "Carol", 2015 ), ofrece una sólida actuación como una revolucionaria María Magdalena. [Foto: Jonathan Olley]



“En el siglo XXI, María Magdalena será feminista o no será”. Esta parece ser la consigna con la que el director australiano Garth Davis concibió su último trabajo, en el que la actriz Rooney Mara encarna a una corajuda María Magdalena. En tiempos del #MeToo, llega a la pantalla una película que plantea la reivindicación de la figura de la mujer cuyo papel dentro del cristianismo sigue causando fuertes discusiones entre los interesados.

María Magdalena entra a nuestra cartelera el 29 de marzo, Jueves Santo, y la historia aclara, desde el inicio, que la mujer no fue prostituta, lo que es más que probable. En ninguna parte de la Biblia se dice textualmente que lo fuera. María Magdalena es nombrada 12 veces en los evangelios, y una de esas referencias señala que Jesús la liberó de siete demonios. ¿De dónde salió la historia de la prostituta? Se cuenta que, durante una homilía de Pascua, el papa Gregorio Magno, en el año 591, confundió a la pecadora arrepentida con María de Betania y con María Magdalena, tratándolas como si fueran la misma mujer. Y la confusión se perpetuó, por los siglos de los siglos.

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Davis hace algo que pocas veces ha sucedido en el cine: darle protagonismo real a la Magdalena. La retrata independiente, decidida, devota y valiente; una mujer poco común que despertó el interés, la admiración y el respeto de Jesucristo, un sujeto poco común. Sin embargo, no se ampara en la leyenda de una relación amorosa entre ambos, tema que recogen películas como El código Da Vinci (Ron Howard, 2006) y que explota de forma soberbia La última tentación de Cristo (Martin Scorsese, 1988). En la primera, la figura es la de una leyenda. En la segunda, la actriz estadounidense Barbara Hershey encarna a una Magdalena con un rol secundario en la historia.

Hay diversas interpretaciones de este fascinante y misterioso personaje histórico a lo largo de la historia del cine, algunas realmente interesantes. Por ejemplo, en María Magdalena: el evangelio prohibido (Abel Ferrara, 2005), Juliette Binoche se luce dándole vida a una actriz que ha interpretado a la Magdalena en una película de Hollywood y que queda atrapada en su personaje tras sufrir una crisis nerviosa. O en El libro de la vida (Hal Hartley, 2000), una original comedia negra filosófica, Jesús aparece en el aeropuerto JFK de Nueva York, el 31 de diciembre de 1999, acompañado de su joven y atractiva asistente, María Magdalena. Enviado por su padre para preparar el juicio final, Jesús tiene remordimientos y decide anular el Apocalipsis. La asistente es encarnada por la irreverente cantante inglesa PJ Harvey.

Aunque la Magdalena más recordada en nuestro tiempo sea, posiblemente, Monica Bellucci en La pasión de Cristo (Mel Gibson, 2004), la única interpretación de este personaje que ha sido reconocida con una nominación a premio alguno, en este caso el Globo de Oro, es la de Yvonne Elliman en Jesucristo Superstar (Norman Jewison, 1973).

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June Carter Cash, Anne Bancroft, Yvonne de Carlo, Melina Mercouri, Paz Vega, Carmen Sevilla, Maria Grazia Cucinotta son los nombres de algunas de las actrices que también le han dado vida a María Magdalena para productos de cine y televisión, en historias en las que el protagonismo de la fe ha sido de otros.

Aunque Garth Davis ha dicho que su película está basada en los evangelios, es claro que el relato, además de su componente de ficción, ha tomado como referencia otros trabajos de investigación y los evangelios apócrifos, donde sí se da cuenta de que María Magdalena fue una mujer muy adelantada a su tiempo, muy cercana a Jesús y que era su favorita, no en un plano sexual, sino por su fe y la pureza de sus intenciones. Esto, así como las rivalidades con Pedro, la envidia por la preferencia del maestro por la mujer del grupo, también son retratadas por Davis.

María Magdalena es un personaje riquísimo, pero la forma en la que los hombres escribieron la historia, en una época en la que la mujer no podía tener un rol principal, la colocó siempre en un segundo plano. Aun así, el personaje no pasó inadvertido y ha ejercido una fuerte atracción en artistas de diferentes épocas.

La Iglesia también ha intentado corregir sus errores en cuanto a María Magdalena. Es considerada santa y se celebra su festividad el 22 de julio, y el papa Juan Pablo II en su carta Mulieris Dignitatem (1988) se refirió a ella como la “apóstol de los apóstoles”, y la describió como una de esas “mujeres que demostraron ser más fuertes que los apóstoles” en el momento de la crucifixión.

Y esta fuerza bien sabe transmitirla Rooney Mara, que con su interpretación de María Magdalena ayuda a saldar, de alguna manera, la deuda histórica que el mundo tiene con ella.

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