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Con tanto de figurativo como de surrealista, los cuadros de Charo Patrucco representan situaciones ‘absurdas’ en lugares cotidianos. En estas pinturas, unos ciclistas pueden atravesar la sala de una casa, mientras son observados por un colorido toro; también pueden
aparecer mujeres que doman otorongos u hombres que practican el polo montados en un rinoceronte. En este contrapunto entre realidad e imaginación, surge una obra colorida, despojada de veracidad pero cargada de simbolismo, como esos restos diurnos venidos
de los sueños que la memoria reconstruye de manera inconsciente.

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Dédalo, Arte y Artesanía

Paseo Sáenz Peña 295, Barranco. De lunes a sábado, de 10:00 a 20:00. Ingreso libre.


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