A su llegada a Lima, el virrey Melchor Portocarrero fue homenajeado con una pieza teatral que se ha reeditado más de tres siglos después.
A su llegada a Lima, el virrey Melchor Portocarrero fue homenajeado con una pieza teatral que se ha reeditado más de tres siglos después.
Jorge Paredes Laos

El Siglo de Oro no solo fue español. Entre los siglos XVII y XVIII se vivió en América una verdadera ebullición de las artes y las letras con una ingente producción de manuscritos, comedias, sainetes, memorias, historias, poesías y relaciones que han quedado injustamente olvidados en repositorios, bibliotecas universitarias o archivos nacionales. Textos que han sido relegados por una idea historicista y bastante extendida, sobre todo en el Perú, de que en la Colonia no se produjo nada relevante o que, en todo caso, lo que se escribió y pensó estuvo siempre subordinado a la cultura de la dominación.

Uno de estos escritos olvidados se titula También se vengan los dioses, una comedia de enredos amorosos creada por Lorenzo de las Llamosas, en 1689, para ser escenificada en Lima con motivo de la llegada de un nuevo virrey, algo usual en la época. Este título —toda una joya del barroco americano— acaba de ser publicado por el Proyecto de Estudios Indianos (PEI) de la Universidad del Pacífico, en coordinación con la Universidad de Navarra y el Grupo de Investigación Siglo de Oro. El PEI, como explica su directora Martina Vinatea, es un esfuerzo de académicos e investigadores americanos y europeos por recuperar lo mejor de la producción virreinal.

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Después de un azaroso viaje de tres meses de Acapulco a Lima, Melchor Portocarrero Laso de la Vega, conde de la Monclova, desembarcó en el Callao. Venía a asumir su nuevo cargo de virrey, acompañado de su esposa Antonia de Urrea y de una extensa comitiva. Lo que más llamó la atención de la gente, que había ido a verlo desembarcar, fue la prominente barriga de la condesa. La ciudad se enteró de que pronto daría a luz un niño que había sido engendrado en México, pero que nacería aquí, en las tierras del sol. Eran los últimos meses de 1689 y Lima y el Callao acababan de ser sacudidos por un violento sismo. Por eso la llegada del niño fue vista como un buen augurio, como el anuncio de tiempos mejores.

Eso pensó el joven Lorenzo de las Llamosas, quien se apuró a redactar un texto laudatorio para la nueva autoridad. Como el virrey debía ser agasajado con una función teatral, se puso rápidamente a escribir. En unas semanas, entregó el manuscrito titulado También se vengan los dioses, una obra compuesta de tres partes: una loa, una comedia y un sainete. Apareció el 19 de diciembre de 1698 y recreaba una historia clásica: los líos amorosos de los dioses Venus y Apolo, envueltos en los enredos de dos parejas: Céfiro y Flora y Anfión y Cloris. Lo que hacía más interesante esta pieza teatral era el elogio que abría el relato: un contrapunto en el que las ciudades de México y Lima se disputaban el privilegio de ser la cuna del hijo del virrey, a quien Llamosas describió como un “astro naciente del Nuevo Mundo”.

El último título del Proyecto de Estudios Indianos. La colección se puede descargar gratuitamente en www.estudiosindianos.org.
El último título del Proyecto de Estudios Indianos. La colección se puede descargar gratuitamente en www.estudiosindianos.org.

Como se cuenta en la edición filológica de También se vengan los dioses —elaborada a partir de un manuscrito autógrafo conservado en la Biblioteca Nacional de España—, dicho astro tuvo un pronto ocaso: lamentablemente, el bebé, bautizado como Francisco Javier, murió al poco tiempo de nacer, y sus restos fueron sepultados en la capilla de San Francisco Javier, en el Colegio Máximo de San Pablo de la Compañía de Jesús.

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“Sin negar lo obvio, es decir, el salvajismo de la conquista, lo que buscamos con la colección indiana es expresar toda una época y mostrar a los académicos y estudiantes que durante el Virreinato se produjo un desarrollo cultural y tecnológico muy interesante”, explica la doctora Vinatea.

Entre los 12 libros publicados en la colección, a la que pronto se sumarán cuatro títulos más, ella destaca el estudio de Miguel Donoso Rodríguez —Mujer y literatura femenina en la América virreinal—, que contiene aproximaciones a figuras conocidas como sor Juana Inés de la Cruz, pero también a otras autoras relegadas por la tradición como Inés Suárez, en Chile, o novohispanas como Teresa Villasana y María Maturana. Y no menos importante es el volumen dedicado al Diario de noticias sobresalientes de Lima y noticias de Europa, editado e impreso por el poeta José de Contreras y Alvarado, entre mayo de 1700 y diciembre de 1711. Un volumen que cambia la historia del periodismo peruano, pues este periódico resulta mucho más antiguo que la Gaceta (1744) o el Diario de Lima, de Jaime Bausate y Meza (1790).

“El machote del Diario de noticias sobresalientes se conserva en la Biblioteca Pública de Nueva York y su recuperación ha sido posible gracias a la investigación de los filólogos José Antonio Rodríguez Garrido, de la Universidad Católica del Perú, y Paul Firbas, de la Universidad de Stony Brook”, cuenta Vinatea.

Cada uno de estos textos se encuentra a disposición de académicos, estudiantes y lectores en la web o en la plataforma Jornada Escolar Completa del Ministerio de Educación (). Ahí se pueden descubrir historias increíbles, como la de dos jesuitas que discuten, en 1680, acerca de la trayectoria de un cometa.

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