“La vejez es la etapa que también se denomina adultez mayor. Por consenso mundial empieza a los 60 años”.
“La vejez es la etapa que también se denomina adultez mayor. Por consenso mundial empieza a los 60 años”.
Diana Gonzales Obando

La noticia llegó como un extraño código, casi como un lenguaje secreto. La Organización Mundial de la Salud (OMS) revisó en junio de 2018 la decimoprimera edición de su Clasificación Internacional de Enfermedades, y lanzó la siguiente descripción: “Código MG2A: Vejez”. ¿Qué significaba esto? ¿La vejez no era vista ya como un proceso natural de deterioro, sino como una enfermedad que se podía curar? ¿Era posible ya imaginar un futuro sin ancianos? ¿Lo necesitamos? Con el anuncio de este nuevo código, la revista Wired publicó un artículo que echaba a andar más conjeturas y decía que debíamos “tratar el envejecimiento como una enfermedad”. ¿Había surgido una nueva visión sobre la vejez?

—Vejez y enfermedad—
La vejez no es una enfermedad”, afirma el médico geriatra y expresidente de la Sociedad de Gerontología y Geriatría del Perú, Pedro Salomé Gamarra. Le consultamos sobre lo que significa la vejez y la enfermedad desde la óptica médica para entender los conceptos oficiales: “La vejez es la etapa que también se denomina adultez mayor. Por consenso mundial empieza a los 60 años porque se atribuye que a esa edad se ven los cambios propios del envejecimiento”. Desde la biología, la Organización Mundial de la Salud define la vejez como “la consecuencia de la acumulación de una gran variedad de daños moleculares y celulares a lo largo del tiempo, lo que lleva a un descenso gradual de las capacidades físicas y mentales, un aumento del riesgo de enfermedad, y finalmente la muerte”. Sin embargo, no se puede sentenciar que toda persona mayor sufrirá enfermedades o será frágil y dependiente: “Esos cambios no son lineales ni uniformes —afirma la OMS en la publicación Envejecimiento y salud—, y su vinculación con la edad es más bien relativa. Si bien algunos septuagenarios disfrutan de una excelente salud y se desenvuelven perfectamente, otros son frágiles y necesitan ayuda considerable”. No se debe caer en el estereotipo de suponer que todo adulto mayor será una carga para la sociedad.

Sobre el significado de enfermedad, Salomé la define como “la alteración o el desequilibrio entre la parte biológica, psicológica y social de una persona”, algo que puede ser causado por agentes externos o internos. “Eso es una enfermedad y, como tal, la vejez no lo es”, precisa.

El indonesio Mbah Gotho, quien falleció en 2017, era considerado el hombre más viejo del mundo. Gotho decía tener 146 años.
El indonesio Mbah Gotho, quien falleció en 2017, era considerado el hombre más viejo del mundo. Gotho decía tener 146 años.

Algo distinto es que sí existen enfermedades que pueden estar asociadas a la vejez, como la demencia; sin embargo, el especialista hace la aclaración de que estamos hablando de un porcentaje mínimo (5 % o 10 % de la población). “La demencia puede aparecer en la vejez ––explica––, pero no en todas las personas mayores. Mal haríamos al usar el término demencia senil porque quiere decir que por ser senil vas a ser demente. Más del 80 % de personas mayores no tienen demencia y están en uso de sus facultades”.

Tras la publicación del nuevo código, opina lo siguiente: “[Espero que la vejez se esté viendo] como una etapa en la que se debe trabajar mucho en la prevención para evitar el alto costo de los tratamientos. Apuntando a ello, si se va a tener un especial interés en las políticas internacionales de salud y de cuidado especial (el adulto mayor es el grupo que más consume los servicios esenciales y sanitarios), sería fabuloso. Pero tomarlo a la inversa y de forma negativa sería perjudicial si queremos algún día llegar a ser mayores”.

—Calico y Google—
¿Se podrá prolongar la vejez o desaparecerla? Si bien parece una idea propia de la ciencia ficción o de una serie futurista, la intención existe, incluso la visión respecto a la vejez está cambiando. En el Perú de los años sesenta, la esperanza de vida era de 47 años, mientras que hoy es de 70. Según cálculos de la revista científica The Lancet, la expectativa de vida en el Perú para 2040 será de 84 años. La búsqueda por aumentar el tiempo de vida y desacelerar el envejecimiento es cada vez mayor y desafiante. Los adultos mayores de hoy no son los mismos que los de ayer y los estudios para lograr ralentizar la vejez existen y cada vez arrojan resultados más increíbles.

Calico, palabra que parece sacada de una película futurista, es una millonaria empresa cuyo objetivo es derrotar el envejecimiento. La startup California Life Company (Calico) fue creada en 2013 por Google (sí, el mismo motor de búsqueda al que acudimos diariamente para resolver todas nuestras dudas). Larry Page, CEO de Google y la novena persona más rica del mundo, manifestó: “Las enfermedades y el envejecimiento afectan a todas nuestras familias. Con algunas consideraciones a largo plazo sobre el cuidado de la salud y la biotecnología, creo que podemos mejorar millones de vidas”. Calico es el vivo ejemplo de la intención humana por querer permanecer en el mundo, lograr la trascendencia haciendo uso de las más avanzadas tecnologías y, al parecer, sin ningún impedimento para lograrlo.

Tal como se define en su página web (www.calicolabs.com), Calico tiene el presupuesto necesario para proyectarse a largo plazo, además de las herramientas interdisciplinarias. Sus objetivos son bastante claros y tienen los medios para hacerlos realidad. Sin remordimientos y sin descanso, Calico investiga cómo combatir las enfermedades relacionadas con el envejecimiento y el paso de los años. Solo hace unos días, Arthur D. Levinson, Ph. D., CEO y fundador de la compañía, declaró que su éxito está vinculado a su capacidad de trabajar con profesionales y científicos “líderes que no temen desafiar el statu quo”. Una de ellas es Cynthia Kenyon, vicepresidenta de Investigación del Envejecimiento, célebre bióloga molecular y no solo eso: Kenyon ya logró prolongar la vida. Su descubrimiento, a principios de los años noventa, es uno de los más trascendentales en la historia de la biología. Ella lideró un equipo de investigadores que realizó experimentos con el diminuto gusano transparente C. elegans. Kenyon notó que mutaciones en el gen daf-2 duplicaban el tiempo de vida del gusano. ¿Puede esto trasladarse a los humanos? Según Kenyon todavía es difícil asegurarlo, pero las condiciones que alargan la vida en estos animales pueden posponer o hacer más débiles enfermedades degenerativas como el alzhéimer.

Y si Google maneja su propio barco hacia la vida eterna, Mark Zuckerberg, creador de Facebook, también surca estas aguas. Con la finalidad de legar a sus hijos un mundo mejor y sin enfermedades, Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan, se comprometieron a donar 3 mil millones de dólares a las investigaciones de las enfermedades más raras. Su sueño es desaparecer estas enfermedades para el año 2100.

Mark Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan, donaron 3 mil millones de dólares para la cura de enfermedades raras.
Mark Zuckerberg y su esposa, Priscilla Chan, donaron 3 mil millones de dólares para la cura de enfermedades raras.

Por su parte, Microsoft también anunció hace ya tres años una importante iniciativa para curar el cáncer haciendo uso de la inteligencia artificial y softwares que ayudarían a decidir el mejor tratamiento. Microsoft estudia el cáncer “como un virus informático” al que esperan vencer el año 2026. Para ello 150 expertos en computación, biólogos e ingenieros trabajan en el Centro de Investigación de Cambridge, en el Reino Unido.

—Anhelos de inmortalidad—
Pero ¿cuál es el fin último de todas estas investigaciones millonarias para eliminar las enfermedades y, por ende, prolongar la vida? La búsqueda de la juventud no es algo nuevo. Ya desde el siglo XX la cosmética ha estado orientada a este fin. Pintarse el cabello para cubrir las canas, usar botox o cirugías para eliminar las arrugas han sido prácticas comunes para mantener un cuerpo joven. Sin embargo, estos avances van más allá. Por primera vez en la historia el ser humano cuenta con el conocimiento, la tecnología y el dinero necesario para buscar o tratar de rozar la inmortalidad.

El filósofo Victor Krebs explica así esta obsesión: “Desde que el ser humano emerge, es mitad animal y mitad dios, mitad material y mitad espiritual. El hombre vive en esta condición híbrida y paradójica. Nos sabemos animales y queremos ser dioses, entonces negamos y repelemos nuestra parte animal. Es un complejo que tenemos desde el comienzo de los tiempos”.

Con la tecnología que tenemos ahora ––agrega Krebs––, muchas de las cosas que parecían ciencia ficción ya son posibles. El sueño último es que podamos transferir nuestro ser a un cuerpo inmortal”. En la orilla más intensa, José Luis Cordeiro, uno de los profesionales fundadores de Singularity University, en Silicon Valley, asegura que el envejecimiento es una enfermedad curable y vaticina que en 30 años él será más joven que hoy. Para Cordeiro, la inmortalidad se encuentra a la vuelta de la esquina. “La religión te ofrece la vida eterna, nosotros queremos tener esta vida eterna en la tierra para mejorar el mundo”, dice como un profeta. En 1999, el gerontólogo y biomédico inglés Aubrey de Grey publicó en La teoría de los radicales libres mitocondriales del envejecimiento la idea de extender la vida humana previniendo el daño del ADN mitocondrial. Ahora, 20 años después, sigue en la lucha. Dice que los medicamentos para curar el envejecimiento serán una realidad en cinco años. “En esta visión del mundo ––comenta Krebs— obviamente la enfermedad del cuerpo es algo negativo que hay que eliminar y el mal mayor será la mortalidad”. En este mundo utópico, como dice el filósofo, construiríamos una sociedad de jóvenes productivos pero superficiales y sin experiencia ni sabiduría.

¿El mundo del futuro será uno en el que no existan los valores ni la sabiduría que vienen con la vejez? ¿Una sociedad que acude a la inteligencia artificial para resolver sus interrogantes? ¿O ya es una realidad?

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