[Foto: Lino Estrada]
[Foto: Lino Estrada]


Por César Franco Torres


La casona de San Marcos es uno de los principales referentes arquitectónicos del Centro Histórico de Lima. Este bello edificio cuatricentenario es sede del Centro Cultural de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y en su interior se desarrollan diversas actividades, exposiciones, cursos y talleres a través de sus direcciones artísticas de Ballet, Banda, Folclor, Música, Arte Contemporáneo, Biblioteca, etc., que dinamizan este sector de la ciudad. El próximo año se planean realizar juegos florales e integrar la casona a un circuito cultural que incluirá el Colegio Real, ubicado en el jirón Áncash —donde se trasladará la valiosa colección Tello de 20.000 piezas de ceramios, textiles y restos momificados—; y el Teatro Universitario de San Marcos, en jirón Lampa.

Sin embargo, todos estos planes se ven frustrados por la inseguridad reinante en los alrededores del Parque Universitario, donde no solo proliferan la delincuencia y la prostitución, sino también paraderos informales e imprentas clandestinas dedicadas a la adulteración de documentos. A esto se suma la falta de alumbrado público en Azángaro, a pesar de los trabajos realizados por ENEL. Y no escapa a esta problemática el jirón Cotabambas, que es usado como letrina pública. Esto se agrava por la ausencia de policías y serenos de la Municipalidad de Lima en la zona. Se han cursado a las autoridades competentes reiteradas cartas y correos para tratar de revertir esta situación sin haber logrado concienciarlos del problema.

Ello no hace más que alejar al público de nuestra casona. No dejemos que la inseguridad trunque nuestros objetivos y termine con uno de los pocos espacios culturales de la ciudad.

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