"Acercar el patrimonio", por Santiago Alfaro

En julio del 2017 entró en vigencia la Ley 30599 que dispone que el primer domingo de cada mes los peruanos tengan acceso gratuito a sitios arqueológicos, museos y lugares históricos administrados por el Estado.

Los siguientes dos meses, el Ministerio de Cultura no solo adaptó sus servicios para ejecutar la nueva responsabilidad. Además, para motivar la asistencia y potenciar la experiencia de los visitantes, diseñó una marca (Museos Abiertos), identidad gráfica y programación artística (conciertos, talleres, etc.), estrategias que comenzaron a operar el 3 de setiembre.

Museos Abiertos ha cumplido un año. La experiencia deja dos grandes lecciones para el desarrollo de políticas culturales. La primera es el gran potencial que tiene el trabajo intersectorial. La segunda lección es el alcance efectivo que tiene para la apropiación del patrimonio el impulsar una política tarifaria de este tipo y combinarla con la oferta de actividades artísticas. En algunas de sus versiones, Museos Abiertos ha llegado a cuadruplicar el número regular de asistentes a los 56 museos administrados por el Ministerio de Cultura. Al hacerlo, ha facilitado que personas ajenas a la historia se acerquen a ella.

A pesar de los claros avances conseguidos, el Decreto de Urgencia 005 de mayo del 2018 limitó los alcances del proyecto al reducirle el presupuesto. Aparte de revertir esta medida, que no genera ahorro, sino restricciones a los servicios públicos, Museos Abiertos tiene aún muchos retos que afrontar para que el patrimonio esté al alcance de todos: descentralizar la programación artística ofrecida, generar nuevas estrategias de mediación, identificar las causas de las fluctuaciones en la asistencia, multiplicar las alianzas con gobiernos locales, conocer y diversificar sus públicos, entre otros.