El derecho más humano, por Alberto de Belaunde
El derecho más humano, por Alberto de Belaunde
Alberto  de Belaunde

Esta semana hemos conocido una histórica sentencia del Poder Judicial, que reconoce por primera vez en el Perú un matrimonio realizado por dos personas del mismo sexo en otro país. La sentencia será apelada, pero constituye desde ya un hito muy importante en el camino hacia la igualdad.

Esta sentencia, así como el proyecto de unión civil o el de matrimonio igualitario parten de una premisa muy simple: existen parejas del mismo sexo en nuestro país que, basándose en el amor, han decidido emprender un proyecto de vida en común. Ni la sentencia ni los proyectos crean una realidad, simplemente la constatan y buscan que los derechos allí involucrados sean reconocidos, respetados y tutelados.

Hay sectores que se oponen tajantemente a cualquier reconocimiento de estas parejas, porque dicen que lo que se busca es acabar con la familia tradicional. Cabe preguntarnos, entonces, cuántas familias tradicionales se han destruido por culpa de la aprobación del matrimonio igualitario en Estados Unidos, España, Argentina o en la veintena de países que cuentan con esta figura. La respuesta es contundente: ninguna. Y por el contrario, se ha logrado promover y proteger más tipos de familia. ¡Eso sí que es ser profamilia!

Esta lucha por la igualdad no debe darse solo en el Congreso o en los tribunales, es importante que toda la sociedad se involucre. Por ejemplo, desde las industrias culturales hay mucho que se puede hacer: la literatura, el cine, el teatro, las series de televisión nos permiten vivir realidades que no son las nuestras, y ayudan a desarrollar nuestra empatía. Mayor diversidad en los personajes y en sus relatos tendrá un mucho mayor impacto social que artículos sobre el tema, como el que hoy publico. Asumamos todos esta causa que tiene como centro el derecho humano más humano de todos: el derecho a ser felices.

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