Las clases virtuales se extenderán en nuestro país por todo el 2020. Tanto docentes como alumnos deben estar preparados. (Ilustración: Giovanni Tazza)
Las clases virtuales se extenderán en nuestro país por todo el 2020. Tanto docentes como alumnos deben estar preparados. (Ilustración: Giovanni Tazza)
/ Giovanni Tazza
Chris Binge

Como nunca antes estamos llamados a examinar el papel de las escuelas en la vida de los jóvenes, sus padres y la sociedad en general. Es cuando una institución está bajo estrés que necesitamos examinar su necesidad, qué hace bien y qué, si es el caso, la hace indispensable. Las escuelas han estado bajo un tremendo estrés desde que sus puertas se cerraron en marzo. En esta situación, ¿Qué podemos comprender de manera diferente o mejor?

Aquellos de nosotros que trabajamos en educación siempre hemos sabido que las escuelas cumplen múltiples funciones en la comunidad. El cambio completo en la forma en que funcionamos nos ha llevado a hacernos dos preguntas: ¿Qué podemos hacer sin asistir físicamente a la escuela? Y ¿Qué es lo importante que debemos hacer, por muy limitado que sea? Luego de esas respuestas hay dos preguntas complementarias: ¿Cuál es el rol del maestro en todo esto? Y ¿Cómo pueden las escuelas usar toda esta experiencia para ser mejores en el futuro cuando se establezca una nueva normalidad?

La educación académica

Comencemos con lo que a menudo se cita como el objetivo principal de la escuela: la educación académica. Hemos descubierto, en el Colegio Markham y en muchas otras escuelas del Perú y el mundo, que realmente podemos hacer esto muy bien sin estar en la escuela. Por supuesto que esto depende del área académica. Es difícil enseñar ciencias basadas en la experimentación sin tener un laboratorio para hacerlo. Pero en las humanidades, los idiomas y las matemáticas, incluso en algunas artes, los niños pueden lograr mejores resultados que asistiendo a la escuela. Es cierto que hay variaciones que dependen de los recursos disponibles. No puedo negar que una escuela como la nuestra tiene enormes ventajas, pues cada familia y cada maestro están conectados a Internet, y tenemos las herramientas para hacer que esto funcione. Pero tengo un gran respeto y admiración por la forma en que el Gobierno peruano ha puesto a disposición de los niños recursos para que aprendan en casa en las circunstancias más difíciles. Esto ha puesto en ridículo los esfuerzos de muchos países más ricos.

¿Por qué digo que en ciertas áreas se han logrado mejores resultados? Porque la escuela no se trata solo de educación académica. Se trata de la interacción social, el desarrollo emocional y el proceso general de pasar por la niñez para convertirse en un adulto. Para la educación académica, estos aspectos son una distracción. Los maestros dirían que los niños que hablan, juegan y se relacionan entre sí sobre cuestiones diferentes a las que el maestro está tratando de enseñar, desperdician tiempo y concentración. En casa, de forma aislada, estas distracciones generalmente no están ahí ¿Qué hay otra cosa hay que hacer, para alejarse de la familia, sino estudiar?

Niños más independientes

Por esta razón, los niños saldrán de este proceso como aprendices más responsables, independientes y enfocados, mejor equipados para una edad adulta donde la mayor parte de su aprendizaje será en línea de todos modos. Pero tendrán una brecha en su desarrollo social y emocional, pues no han aprendido a estar con otras personas e interactuar con ellas. Nuestro desafío, como maestros, cuando regresemos a la escuela, es llenar ese vacío. Nuestro desafío ahora es proporcionar el apoyo para reducir sus efectos negativos. En este momento estamos complementando nuestro programa académico con una amplia gama de actividades diferentes. La semana pasada, vi a un grupo de niños de 12 años que vestían ropa de baño y cascos, haciendo canotaje y acampando. Por supuesto, el canotaje se hacía sentado en una silla. El casco era a menudo una papelera. El remo era una escoba y la carpa era una sábana suspendida sobre su cama. Pero los estudiantes se divirtieron, porque lo estaban haciendo con sus amigos y maestros, y podían verlos y escucharlos a través de la conferencia en línea. Este tipo de experiencia no reemplaza el verdadero canotaje y el campamento que hubieran hecho, pero ayuda mucho a preservar su bienestar emocional y social.

Como maestros tenemos, como siempre, múltiples roles. Han cambiado las herramientas que usamos, y probablemente estamos trabajando más horas, pero los objetivos son los mismos. Una vez que regresemos a la escuela, debemos asegurarnos de mantener las habilidades que hemos adquirido, mantener la mejor experiencia en línea y trabajar duro en las áreas que no hemos atendido.

Chris Binge, director del colegio Markham.
Chris Binge, director del colegio Markham.

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