Campaña de vacunación de 1900 para prevenir la fiebre escarlata en Alemania.
Campaña de vacunación de 1900 para prevenir la fiebre escarlata en Alemania.
/ Keystone-France
Claudia Guevara

La viruela, la polio y el sarampión: tres enfermedades mortales que, gracias a las vacunas, han podido ser controladas —o casi eliminadas— en el continente americano. En el caso de la viruela, el último paciente registrado fue en 1977 y, tres años después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que esta enfermedad había sido erradicada del mundo.

Entonces, ¿cómo algunas enfermedades pueden eliminarse de la faz de la tierra y otras no? “Influye la estructura genética del virus”, explica Julio Cachay, médico infectólogo de la clínica Ricardo Palma. “Los virus pueden ser de tipo ARN y ADN. Los primeros son los más primitivos y cambian su secuencia molecular mucho más rápido; los segundos son mucho más estables”.

¿Qué enfermedades tienen virus ARN? La influenza, por ejemplo. De ahí proviene su constante mutación y su difícil seguimiento. Cada vez que se desarrolla una vacuna contra la influenza, el virus muta para protegerse. Tras este cambio, la comunidad científica debe comenzar de cero para fabricar una vacuna. El proceso para identificar la secuencia del virus toma, por lo menos, de seis meses hasta un año, señala el especialista.

Sin embargo, los virus ADN, como la viruela, son todo lo contrario. Su proceso de mutación es más lento. “Se realizan controles periódicamente y no se han encontrado cambios. Por eso, tampoco se modifica la fórmula de las vacunas”, añade Julio Cachay. Siguiendo esa lógica, se pueden eliminar los virus relativamente más estables, incluyendo algunas familias de tipo ARN, que mutan lentamente como la polio y el sarampión.

La técnica de la variolización

Las primeras vacunas no fueron tan higiénicas como las de ahora. En vez de colocar inyecciones esterilizadas, el proceso involucraba costras, pus y cortes en los brazos. La historia se remonta a la antigua China del siglo X con la variolización, un proceso muy parecido al actual, pero rudimentario. Consistía en exponer a una persona sana a las costras de una enferma. Existía el riesgo de que el paciente muriera, pero, si sobrevivía, era inmune a próximos contagios.

Siglos más tarde, en 1796, apareció en Inglaterra un médico que trató de introducir la variolización como un método práctico dentro de la comunidad científica de la época. “Es una historia muy curiosa. El doctor Edward Jenner experimentó con un niño de ocho años llamado James Phillips. Le insertó pus de una persona infectada con viruela bovina a través de un pequeño corte en el brazo. El niño desarrolló fiebre durante unos días, pero no murió. A los pocos meses, Jenner volvió a inocular al pequeño, pero esta vez con viruela humana para comprobar su hipótesis. El niño no se enfermó ni falleció”, relata Alex Jaymez, jefe de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de la clínica Internacional. En 1798, los resultados positivos del experimento fueron publicados y la palabra vacuna —que proviene de vaca— fue acuñada para definir a este proceso.



“El ‘efecto rebaño’ crea la idea de que las vacunas no son necesarias para inmunizar el organismo”.

El efecto rebaño

Y, aunque actualmente la administración de vacunas es obligatoria en los centros de salud desde el nacimiento, existen quienes se rehúsan a recibir las dosis con el argumento de que estas no son necesarias para inmunizar el organismo. Y ponen como ejemplo casos de personas no vacunadas resistentes a los virus.

Según los médicos, esto es posible debido al “efecto rebaño”. Es decir, si gran parte de la población (digamos un 90 %) está vacunada, se crea una especie de barrera contra los virus que protege también a quienes no recibieron las dosis. “Al desconocer este efecto, las personas concluyen que las vacunas son prescindibles”, agrega el doctor Cachay. Sin embargo, si el número de personas vacunadas disminuye, la inmunidad colectiva se pierde y la enfermedad brota nuevamente.

Este peligro acecha a la humanidad. Según la OMS, un 86 % de la población mundial está vacunada, pero los índices decrecen. En años recientes, la cobertura en Brasil bajó del 99 % a 84 %; en Ecuador, de 97 % a 83 %; en El Salvador, de 95 % a 81 %; y, en el Perú, de 96 % a 85 %. Por eso, ante una amenaza como el coronavirus, es urgente que los Estados y la sociedad misma tomen conciencia de la importancia de la vacunación.

Mártir peruano Daniel Alcides Carrión.
Mártir peruano Daniel Alcides Carrión.

Más información

Carrión y la “verruga peruana”

  • Mártir: Daniel Alcides Carrión fue un estudiante de Medicina que se infectó a sí mismo para descubrir la cura de la “verruga peruana”, enfermedad que afectaba a nuestra población en el siglo XIX.
  • Sacrificio: Carrión registró todos sus síntomas hasta su muerte en 1885. Sus compañeros continuaron el estudio y encontraron una cura gracias a su sacrificio.


Contenido sugerido

Contenido GEC