Ezio Neyra fue fundador de la editorial Matalamanga. [Foto: Hugo Pérez / archivo]
Ezio Neyra fue fundador de la editorial Matalamanga. [Foto: Hugo Pérez / archivo]
Alessandra Miyagi



Ezio Neyra Magagna (Lima, 1980) estudió Administración de Empresas, pero no terminó la carrera. Muy pronto se dio cuenta de que lo suyo eran las letras y las humanidades. Así, se graduó en Sociología por la Universidad Católica y, al poco tiempo, obtuvo un máster en Estudios Hispánicos y un doctorado en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Brown, EE.UU. Es autor de tres novelas —Habrá que hacer algo mientras tanto (2005), Todas mis muertes (2006), Tsunami (2012 y 2016)— y, desde hace dos años, director del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura. Este viernes 27, a las 20:00, presentará Pasajero en La Habana. Será en Victoria Bar (av. Pedro de Osma 135, Barranco).

Pasajero en La Habana, tu primer libro de no ficción, es una especie de crónica de tu paso por distintas islas, y una reflexión sobre cómo estos recorridos han influido en tus relaciones personales y en ti mismo como escritor. ¿Cómo nació el proyecto?
La idea del libro surgió el 2014. Vivía en La Habana desde hacía año y medio y, una mañana, tras observar un mapa donde la isla de Cuba aparecía borrosa, no tuve ninguna duda de que debía voltear la mirada a mi propia experiencia cubana. Es un libro que, si bien se enfoca en La Habana y en Cuba, también tiene partes dedicadas a otras islas, incluidas las mías. A pesar de que Pasajero en La Habana es un libro de no ficción, que tiene de memoria, crónica o ensayo, tiene también elementos ficcionales. Supongo que esto es así porque soy, sobre todo, un escritor de ficción.

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Tsunami
Ezio Neyra
Editorial: Emecé
Páginas: 226
Precio: S/ 39,00

En este mismo libro, como en tus tres novelas, el mar y los viajes son elementos recurrentes. ¿A qué se debe tu fascinación por ellos?
Creo que tiene que ver con que han sido y son elementos muy familiares para mí. Desde mi infancia y, en general, en las ciudades donde he vivido o pasado temporadas, el mar ha estado siempre cerca. Cuando he estado en ciudades sin mar, muchas veces hasta me he perdido, me ha costado hallar el rumbo.
El mar me ha ayudado a ubicarme. Lo mismo con los viajes. No solo comencé a viajar hace muchos años, sino que además pienso que mi gusto por los desplazamientos puede que tenga algo de congénito. Mi familia está llena de historias de viajes y de migraciones. Han sido varias las generaciones de migrantes. Personas que dejaron todo para rehacer su vida en un lugar distante y ajeno.

Cambiando de tema, Katya Adaui y tú han estrenado hace poco el programa Radiolibros. ¿Cómo les está yendo con él?
Como experiencia, y estoy seguro de que Katya comparte la misma impresión, es fascinante. Además, una radio como Nacional, donde se emite el programa, llega a todo el Perú, no solo a ciudades, sino también a pueblos y caseríos. Radiolibros, pese a que se graba en Lima, es un espacio radial descentralizado. Contamos con la participación de personas involucradas en el mundo del libro y la lectura que provienen de muchas partes del país. Hemos podido conversar, por ejemplo, con personajes como Miuler Vásquez, un tremendo editor de San Martín; o con Alfredo Mires, quien lidera una red de 500 bibliotecas rurales en Cajamarca. La radio, en ese sentido, no conoce de distancias que una llamada telefónica no pueda reducir.

Durante tu gestión como director del Libro y la Lectura se han implementado diferentes proyectos, como los programas La Libertad de la Palabra o Perú Lee, ferias de libros como La Independiente, talleres y capacitaciones, etc. ¿Cuáles otros están por venir?
Se vienen varios nuevos, por ejemplo, un renovado Programa de Capacitaciones para Mediadores de Lectura. Sin embargo, quizá lo más trascendental sea el diseño de la Política Nacional de la Lectura, el Libro y las Bibliotecas. Es una herramienta que servirá para fijar rumbos y objetivos en los diferentes ámbitos que componen dicho mundo en el país, y que será la base de un futuro Plan Nacional que cuente con acciones específicas para lograr un acceso verdaderamente democrático al libro, una industria editorial fortalecida y más gente leyendo y escribiendo.

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Habrá que hacer algo mientras tanto
Ezio Neyra
Editorial: Animal de Invierno
Páginas: 54
Precio: S/ 29,00

Uno de los asuntos más significativos que han emprendido desde el Mincul es el Premio Nacional de Literatura, cuya premiación se realizará en las próximas semanas. ¿Cómo has encontrado la calidad de las obras presentadas?
Es a los miembros de los tres jurados calificadores a quienes corresponde la tarea de designar los libros ganadores. En total, se recibieron más de 120 postulaciones entre las tres categorías que se reconocen este año (cuento, poesía y literatura infantil y juvenil). Se trata de libros valiosos, prueba de la riqueza, diversidad y vitalidad de la literatura que se escribe actualmente en el Perú.

¿Te encuentras trabajando en un nuevo libro? Por cierto, ¿con todas las responsabilidades que asumes, en qué momento escribes?
Para escribir Pasajero en La Habana interrumpí la escritura de una novela que vengo trabajando desde hace un tiempo. Sucede entre Perú y Cuba, y está ambientada en las décadas del ochenta, noventa y en la actualidad. Pienso ahora que quizá escribir Pasajero en La Habana ha sido una manera de abrirme literariamente a Cuba. En estos días estoy volviendo lentamente a este proyecto, y lo hago escribiendo muy temprano. Incluso cuando no tenía las responsabilidades que mis funciones actuales exigen, las mañanas siempre me han rendido más.

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