Adrián Saba: “Solo quiero conectar con los demás”
Adrián Saba: “Solo quiero conectar con los demás”
Dante Trujillo

Con tan solo 27 años, viene forjando una carrera sólida e inspirada en el mundo del cine. A la espera del estreno local de "El soñador", su segunda película —exhibida en la sección “Generation” durante la Berlinale de febrero pasado—, conversamos con Adrián Saba, quien radica actualmente en Madrid.

Escribes y diriges tus películas. ¿Lo ves como dos fases independientes del mismo proceso, o lo trabajas como un todo? 
Lo trabajo como un todo. Cuando escribo, la mitad del tiempo estoy pensando en los movimientos de cámara, las locaciones, el vestuario, etc. Uno ya ve la película cuando la escribe, por lo menos yo, por lo menos ciertos elementos.

¿Y te imaginas escribiendo guiones para otro, o dirigiendo ajenos?
Sí, dedicarme a lo mío no quita que me interese dirigir los guiones de otros. Escribir para otros no me mueve tanto, por ahora. En realidad uno nunca sabe.

Tu obra es aún breve pero contiene elementos reconocibles. ¿Se trata de una discursividad deliberada? ¿Qué “nos quieres decir” como director?
No quiero decir nada, solo quiero conectar con los demás. Se trata de escucharnos. Si bien hacer cine es algo activo, y como decir algo parece ser más activo que escuchar, solo se relaciona el cine con el decir. Pero creo que estamos equivocados. El cine también puede escuchar. Escuchar debe ser una acción activa, no pasiva… por eso tal vez el mundo está como está. Al final, me interesa tratar de comprendernos a nosotros mismos y de qué trata todo esto, la vida. Lo único que me preocupa tanto como escuchar es conmover, llegar a conectar con el corazón de otro y no con el intelecto o con fórmulas probadas. Es más, hasta ahora solo intento que mis películas sean muy distintas. Estos elementos reconocibles que dices me son inconscientes. En resumen: no creo ni quiero tener un discurso deliberado. 

¿De dónde vienen las ideas? ¿Cómo es tu proceso creativo?
Todo surge de un sentimiento, una sensación a la que me interesa darle forma. Y luego, una estructura para poder entenderla y transmitirla. Eso es el cine. Tengo muchas ideas rondándome la cabeza, algunas llegarán a formarse como películas, otras no. Es cuestión de lograr vincular mis emociones con las historias que se me ocurren, y también con las circunstancias.

¿De qué te nutres como creador?
De todo. De la vida. 

Además del más ‘comercial’ y de género, en el crecimiento del cine peruano hay espacio para uno ‘de autor’, que tiende al drama realista con toques existenciales. Lo tuyo por ahora parece ser lo dramático pero con elementos fantásticos. ¿Dónde te ubicas? ¿Te identificas con lo nacional, o aspiras a lo universal?
Definitivamente aspiro a lo universal. No hago cine para un público específico, no pienso en sectores, en mercados. ¿Para qué ponerme límites? Si alguien de cualquier nacionalidad, edad o condición pudiera ver mi película y llegar a emocionarse con ella, yo sería feliz. Que una película suceda en el Perú no debería generar fronteras.

A propósito, ¿para "El soñador" hiciste trabajo de campo para involucrarte con el mundo del pandillaje limeño, o no te interesa reflejar la ‘realidad real’?
No me interesa reflejar fielmente la realidad... En todo caso, creo que es algo bastante voluble.

Ya el 2011, antes de "El limpiador", habías ganado un festival de cortometrajes en Marruecos con "El río". ¿Cuánto cuesta tener dos largos listos y uno en proceso con menos de 30 años en el Perú?
No cuesta nada si disfrutas lo que haces y no tienes miedo a morir en el intento [risas].

¿Por qué, si "El soñador" se entrenó hace más de un mes en la Berlinale, todavía no tiene fecha fija de estreno local? Uno pensaría que ya está lista para estrenarse. ¿Me puedes explicar el proceso?
Claro. Cada película tiene uno distinto. En el caso de El soñador, la selección en Berlín fue bastante inesperada. Si bien enviamos la película para que la considerasen, no nos imaginábamos su selección. Y como no estaba dentro de los planes, después de Berlín vamos a hacer ajustes de posproducción. La historia no ha cambiado, pero el color y el sonido se van a seguir trabajando. Por otro lado, un estreno comercial toma tiempo, sobre todo cuando no se trata de una película que se considere que tenga grandes aspiraciones económicas, o por lo menos lo piensen así los distribuidores. Entonces uno se demora en cerrar una fecha con ellos y los cines. También hay que hacer tráilers y una campaña, y no hay mucho dinero. Por eso las cosas demoran. Pero nada es imposible. 

El título de tu próximo proyecto me da curiosidad: ¿qué me puedes contar de "La erección de Toribio Bardelli"?
Solamente te puedo adelantar que va a ser la película más taquillera en la historia del Perú [risas]. 

Contenido sugerido

Contenido GEC