Alberto Montt: “Una viñeta la hago en 43 años y una hora”
Alberto Montt: “Una viñeta la hago en 43 años y una hora”
Dante Trujillo

Desde hace diez años, Alberto Montt (Quito, 1972) publica sus viñetas —ácidas, conmovedoras, inteligentes— en un blog llamado Dosis Diarias, seguido por miles de lectores de todo el mundo y que ha merecido, entre otros, el reconocimiento de la cadena Deutsche Welle como mejor weblog en español. Colabora con diversos medios impresos (como este suplemento) y ha publicado varios libros con sus trabajos. Acaba de iniciar una gira de “impro-ilustración” con su colega y compinche Liniers, con quien visitará nuestro país en los próximos meses. Aquí, una mínima dosis de Montt.

Ya empezó la gira de "Los ilustres", con Liniers. ¿Cuéntanos de qué va y cuándo vendrán al Perú?
Acabamos de empezar la semana pasada. Hemos hecho dos fechas, en La Plata y 
Buenos Aires, ambas con bastante audiencia y resultados excelentes. La verdad que nos estamos divirtiendo y todavía tenemos diez fechas por delante en estos lares. El show consiste en una serie de monólogos y conversaciones apoyados por dibujos hechos en vivo. Una buena dosis de improvisación y sorpresas, tanto para nosotros como para el público. Estaremos paseando por Arequipa y por Lima la segunda mitad del año. Las fechas no están cerradas aún, pero seguramente será en octubre o noviembre.

Lo que siempre queremos saber: ¿cómo comenzaste?
Empecé a dibujar como todos, a los tres años. Mi viejo me traía revistas que yo copiaba con alegría. "Mafalda", "Charlie Brown", "Olafo"... Esas publicaciones se convirtieron en palabras y luego en ideas. Esto me ayudó a formar una primera visión del mundo y, como dibujaba sin cesar, la línea se convirtió en un segundo idioma para mí. Todavía siento que se me hace más fácil comunicar una idea a través de un dibujo que de la palabra. En algún punto, durante el colegio, me di cuenta de que me lograba concentrar más en lo que decían los profesores si dibujaba mientras dictaban clases. Por suerte, ellos también lo notaron y nunca pusieron demasiadas trabas a mi vicio.

¿Y ya intuías que te dedicarías a esto?
No, jamás pensé que uno pudiese trabajar y sostenerse haciendo algo así, habría sido como querer ser astronauta o pirata. Hay días en que siento que hago trampa. No puede ser tan fácil esto. No puede gustarte tanto aquello con lo que te ganas la vida.

¿Cuánto te toma hacer una viñeta?
Una viñeta la hago en 43 años y una hora. Digo esto porque el dibujo es lo de menos. Lo que realmente toma tiempo es encontrar la idea, y para esto entran en juego todas mis vivencias y experiencias. Las ideas vienen de algún lugar desconocido pero confiable. Hasta ahora nunca he tenido ese pánico de la mente en blanco que suele aparecer como el fantasma de los creativos.

¿Y qué harías si no fueras… lo que eres?
Probablemente biólogo... o abogado... algo que me permitiera tratar con animales [risas].

Independientemente de tu trabajo en distintos diarios y revistas, ¿para qué sacar libros, si tienes las Dosis Diarias en Internet?
Yo creo que por dos razones principales. La primera es que soy muy fetichista con los libros y, al igual que yo, mucha gente lo es. No es igual verlo a través de una pantalla fría que oler la tinta y tocar el papel. La segunda es porque muchas personas los compran como una especie de reconocimiento o agradecimiento por el trabajo entregado a través de redes sociales.

¿Existen los límites en tu trabajo?
No. Cada quién ve por dónde traza su línea. No me gustaría vivir en una sociedad en donde el humor tuviese parámetros sobre los cuales hablar o no. Ese es el trabajo del consumidor. Él decide si quiere seguir leyendo o dejarlo en el olvido.

Algo de lo que sueles hablar: más que de dónde eres, ¿de dónde te sientes?
Tengo conflictos grandes con respecto a mis tierras. Hay días en que me despierto profundamente chileno y otros, profundamente ecuatoriano. Sin embargo, me siento tan en casa en Cartagena como en Lima. La ventaja de ser un desarraigado es que me permite ser latinoamericano sin ataduras patrioteras.

Además de tus ‘dosis’ y esta aventura con Liniers, ¿estás tramando otras?
Aparte de este pequeño experimento en las tablas con Liniers, he pensado hacer guiones para video. Estamos, un grupo de amigos y yo, empezando una idea para realizar un programa de humor que está por definirse. Todavía no sabemos si serán sketches o una comedia de situaciones. Eso será para el 2017, así que hay tiempo, todavía. Por otro lado, no suelo hacer planes a largo plazo porque la vida me va llevando por caminos inesperados. Por ejemplo, esto del stand up ilustrado no lo habría sospechado jamás.

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