El excesivo manejo de los celulares por parte de los niños ha ido aumentando en los últimos años
El excesivo manejo de los celulares por parte de los niños ha ido aumentando en los últimos años

La obsesión de los padres en Silicon Valley con mantener a sus hijos alejados de las pantallas es cada vez mayor: algunos creen que, así el periodo frente a una pantalla sea muy corto, es capaz de generar una adicción y, por tanto, conviene que los infantes nunca estén expuestos a ellas.

Es muy difícil para cualquier adulto que trabaja en el siglo XXI estar en casa sin llegar a mirar un teléfono o computadora, por lo que muchos optan por contratar a alguien más para que se encargue de la tarea. Así que esos padres ahora les piden a las niñeras que escondan en todo momento los celulares, los televisores, las tabletas y las computadoras. Algunos hasta han hecho contratos para que quienes cuiden a los menores se comprometan a no usar sus propios celulares, pues así la exposición de los niños a cualquier pantalla será nula.

Es curioso el caso de Silicon Valley: las personas que construyen y desarrollan todos los dispositivos inteligentes con pantalla que muchos de nosotros usamos ahora temen su uso. Y eso ha puesto a las niñeras de Silicon Valley en una situación muy extraña. “Durante el último año todo ha cambiado”, comentó Shannon Zimmerman, una niñera que trabaja para familias que prohíben las pantallas. “Ahora los padres son mucho más conscientes de la tecnología que ponen al alcance de sus hijos. Pasó de ‘Que no lo use mucho’ a ‘Que no lo vea para nada’”, detalló.

A Zimmerman le gustan estas reglas, pues asegura que nos regresan a una época en la que los niños se comportaban mejor y sabían cómo jugar al aire libre. Pero dice que a los mismos padres les cuesta trabajo cumplir con los lineamientos: “La mayoría de ellos llegan a casa y siguen pegados a sus teléfonos y no escuchan lo que les dicen los niños. Y ahora soy yo quien desenchufa las consolas de videojuegos”.

Los padres les piden a las niñeras firmar contratos que prohíben el uso del teléfono, de acuerdo con agencias de cuidadores de niños en toda la región. “Quienes tienen más contacto con la tecnología son los más estrictos al respecto en sus hogares”, dice Lynn Perkins, directora ejecutiva de UrbanSitter, una red que cuenta con quinientos mil cuidadores en todo Estados Unidos. “Vemos mucho esta tendencia con la experiencia de nuestras niñeras”, agrega.

Estos contratos estipulan que una niñera debe aceptar no utilizar ninguna pantalla frente al niño por ningún motivo, aunque a veces incluye excepciones: puede contestar las llamadas de los padres.

“Si de hecho la madre llama y la niñera contesta, piensa: ‘Bueno, ¿qué estás haciendo en el teléfono como para que puedas contestar?’”, contó Julia Swales, quien dirige la agencia Elizabeth Rose, la cual recluta niñeras y amas de llaves para las familias de la zona. “Mal si lo haces, mal si no lo haces”.

Algunos padres han adoptado un enfoque algo más agresivo gracias a los espías telefónicos. Es decir, personas que han decidido ver por sí mismos quiénes siguen las reglas, si algún cuidador de niños está meciendo el columpio del menor con una mano y enviando mensajes de texto con la otra, o niñeras que no se dan cuenta cuando un niño llega a ver una pantalla en las tiendas mientras camina por la calle.

Las publicaciones siguen un patrón. Una persona toma la fotografía de un niño con un adulto que parece no estar poniendo suficiente atención, la sube a uno de los grupos de redes sociales de padres —como Main Street Mamas, que tiene miles de usuarios en San Francisco— y pregunta: “¿Es tu cuidadora?”.

Los foros en los que padres de familia publican preguntas y compran o venden artículos infantiles ahora tienen que contemplar temas de humillación pública y asuntos de privacidad. Hace poco Main Street Mamas prohibió que se incluyeran fotografías en este tipo de publicaciones.

Claro que hay ocasiones en las que un padre saldrá a defender a la niñera y declarar que usó el teléfono en un momento en el que estaba permitido. Dicen algo como: “Era mi niñera y me estaba enviando un mensaje de texto, pero gracias por el aviso”. Syma Latif, directora de Bay Area Sitters, que cuenta con aproximadamente doscientas niñeras trabajando en turnos, considera esta práctica sumamente ofensiva en cuestión de derechos humanos. “Sí creo que esto deriva de una preocupación genuina, pero es ofensivo: te están rastreando, monitoreando y publicando tu imagen en las redes sociales”.

Enseguida surgen comentarios para defender a alguien o para señalar que nadie tiene la certeza de que se trate de alguien que está cuidando al niño o de uno de sus padres de familia. De serlo, dicen, los estándares son distintos. Otros argumentan que no debería haber diferencia. ¿Cuáles son los límites de la privacidad en casos como estos?

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