Las potencias mundiales viene preparando el retorno a nuestro satélite natural.
Las potencias mundiales viene preparando el retorno a nuestro satélite natural.

Por: Hanguk Yun y Sanelí Carbajal
La imagen va perdiendo brillo en la memoria. En ella, dos hombres vestidos con trajes espaciales caminan sobre una superficie rugosa y cubierta de cráteres. Se oyen en inglés mensajes técnicos, aunque de rato en rato también alguna frase memorable como aquella del gran paso para la humanidad. Por supuesto, los dos hombres son Neil Armstrong y Edwin Aldrin, y el paisaje desolado y sin viento que recorren es la Luna. Este año se cumplirá medio siglo desde que esas imágenes fueran vistas por todo el mundo.

Antes de pisar la Luna, Armstrong y Aldrin habían tenido que pilotear su nave manualmente para evadir un campo de rocas. En ese momento, disponían de combustible para menos de un minuto de maniobras. Pero consiguieron hacerlo.

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La superficie lunar, dijeron los astronautas en el diálogo registrado, estaba llena de cráteres de hasta 15 metros de diámetro y crestas que triplicaban el tamaño de un hombre promedio. El terreno era fino y parecía polvo de tiza. A cada paso que daban, se adhería a las suelas de sus botas.

La misión Artemisa de la NASA establecerá la primera colonia humana fuera de la Tierra.
La misión Artemisa de la NASA establecerá la primera colonia humana fuera de la Tierra.

“Se parece mucho al High Desert”, dijo Armstrong, recordando los desiertos elevados del sur de California. En total, los astronautas estarían en aquel mundo inhóspito por dos horas y treinta y seis minutos. Era el 21 de julio de 1969.

Con todo lo épico del viaje, el tiempo opaca su recuerdo. ¿Qué ha ocurrido con la exploración lunar en todos estos años?

En realidad, el astro de cara pálida no ha dejado de formar parte de los proyectos espaciales. Después de que Armstrong y Aldrin plantaran la bandera estadounidense en la Luna, se completaron 36 misiones a esta, pero solo hubo seis alunizajes. En abril de este año, Israel falló al intentar colocar un robot en suelo lunar. China ha visitado su órbita, pero sus astronautas aún no caminan sobre ella. Que no recordemos todo eso no tiene nada de raro: ninguno de esos viajes fue, parafraseando a Armstrong, un gran paso para la humanidad. Ninguno contenía la carga emotiva del primero de todos. Pero puede que eso esté a punto de cambiar.

Ahora mismo, distintos países están desarrollando programas espaciales que van más allá de una simple visita. Esta vez, la humanidad vuelve a la Luna con el deseo de quedarse en ella, usarla de transbordo para visitar el espacio profundo o llevar naves tripuladas a Marte. Hasta los viajes comerciales son una posibilidad.

La Tierra vista sobre el horizonte de la Luna. Esta fotografía se tomó desde la nave espacial Apolo 11.
La Tierra vista sobre el horizonte de la Luna. Esta fotografía se tomó desde la nave espacial Apolo 11.

—Artemisa, conquistadora lunar—
Así describe la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (mejor conocida como NASA) a Artemisa, su nuevo programa de exploración lunar: iremos de forma rápida y con una arquitectura reutilizable a la Luna, usaremos sus recursos y probaremos las tecnologías que nos llevarán a Marte, y traeremos nuevos conocimientos y oportunidades.

Artemisa, la diosa griega de la Luna, será quien tome la posta de Apolo, su hermano en la mitología y nombre del recordado programa espacial sesentero. De acuerdo con información de la NASA, la misión contempla visitar el polo sur del astro, hasta ahora nunca explorado. En 2009 se detectó agua congelada en este hemisferio lunar, y la idea es emplear las moléculas de H2O para la supervivencia de los tripulantes y el combustible de los cohetes.

El enfoque que gobierna el programa consiste en mantener una presencia sostenida en la Luna. En otras palabras, establecer la primera colonia humana fuera de la Tierra. En ella se desarrollarán las tecnologías usadas para posteriores misiones tripuladas a Marte. Se prevén realizar tres visitas a la Luna. Una en 2020, otra en 2022 y otra en 2024. En la última de estas los astronautas caminarán sobre su suelo.

La infraestructura del programa consta de tres partes principales: la nave Orión, el cohete Space Launch System (SLS) y una estación en la órbita lunar. Con una potencia capaz de llevar una carga de 25 toneladas, el SLS lanzará la nave Orión al espacio exterior. Una vez en la órbita de la Luna, a casi medio millón de kilómetros de la Tierra, Orión se acoplará a la pequeña estación, en donde los astronautas estudiarán los recursos naturales del astro. A diferencia de Apolo, Artemisa no es un programa exclusivo de Estados Unidos, sino que dispone de apoyo internacional y participación de empresas privadas como SpaceX o Boeing.

Biografía documentada del primer hombre que llegó a la Luna, basada en 50 horas
Biografía documentada del primer hombre que llegó a la Luna, basada en 50 horas

—Ella dará el gran paso—
“[Artemisa] La diosa griega personificará el camino de vuelta a la Luna de la primera mujer y el siguiente hombre”, anunció la NASA a través de su web oficial. Resulta, pues, que este regreso no supone solo un hito de la exploración espacial, sino también un cambio de mentalidad con perfil de género.

En una sesión de la agencia que se transmitió por internet, su administrador Jim Bridenstine ya había dicho que le gustaría que su hija de 11 años se vea reflejada en los astronautas —una mujer y un hombre— que pisarán la Luna en 2024. “Este programa va a permitir a una nueva generación de chicas jóvenes, como mi hija, que se vean [reflejadas] de tal manera que no lo hicieron [antes]”, dijo Bridenstine. Este hecho de valor simbólico recuerda a grandes científicas que trabajaron en Apolo sin que sus nombres tuvieran el eco que merecieron. Una de ellas es Margaret Hamilton, quien diseñó el software usado para que el hombre llegara a la Luna. Otra es Katherine Johnson, la matemática que ayudó con los cálculos para que la nave en la que iba Armstrong sincronizara con el módulo de comando. Pronto, otra mujer se unirá a esta lista desde la primera línea de la exploración espacial.

Como todas las semanas, David Orlando le agrega un toque de humor a las notas que se preparan en El Dominical.
Como todas las semanas, David Orlando le agrega un toque de humor a las notas que se preparan en El Dominical.

—Vuelve la carrera espacial—
En la década de los sesenta, la inversión destinada por Estados Unidos para la exploración de la Luna no resultó del puro deseo romántico de explorar el cosmos. Recordemos que la Guerra Fría estaba en auge y la carrera espacial era parte de ella. Llegar primero a la Luna era una forma de mostrar quién era superior.

Si bien Rusia mantiene altas expectativas, el competidor en la actualidad es China. En lo que va de la década, el país asiático ha mandado tres misiones más que Estados Unidos a la Luna. Entre 2023 y 2027, China planea volver a operar un proyecto espacial que pretende colocar sondas en la órbita lunar y vehículos terrestres destinados al estudio de sus recursos naturales.

Más aún, China construiría una estructura sobre la superficie lunar usando un experimento de impresión 3D. El primer chino —y también el primer no estadounidense— caminará sobre la Luna en 2030.

En cualquier caso, el astro de cara pálida está a punto de volver a ser visitado. Y, esta vez, parece que no será solo eso. Otra historia está por escribirse.

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