La papa podría iniciar un viaje al espacio con el fin de ser una fuente de superivivencia
La papa podría iniciar un viaje al espacio con el fin de ser una fuente de superivivencia
Catherine Contreras

Es más que instinto de supervivencia. Es ciencia y naturaleza, es agricultura y tecnología, es alimentación y futuro. Hace tres años, Matt Damon se convirtió en el mejor botánico del planeta rojo en la cinta The martian (Ridley Scott, 2015). En el papel del astronauta Mark Watney, lo vimos sembrando papas en Marte y logrando lo imposible: cultivar 400 tubérculos naturales a más de 50 millones de kilómetros de la Tierra. Una ficción que va camino de ser realidad, y que —curioso reconocerlo— traerá consigo un dilema culinario: ¿cómo transformaremos papas marcianas en alimentos ricos y nutritivos?

Los antecedentes para esta pregunta nos conducen al proyecto Papas en Marte. En el 2017, el Centro Internacional de la Papa (CIP) y la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) —con el asesoramiento de la NASA— identificaron cuatro variedades de papas capaces de crecer en condiciones extremas, similares a las de Marte. Sus investigaciones no solo tenían la atención puesta en el espacio, sino en un problema real de nuestro planeta: “Las predicciones del cambio climático en la Tierra indican que los ambientes extremos van a ser más comunes en los próximos 50 años: la desertificación va a aumentar y la salinidad [de los suelos] también”. La advertencia la hace Óscar Ortiz, director general adjunto de Investigación y Desarrollo del CIP.

La primera fase de Papas en Marte ha devuelto a la vida zonas del sur de China y Bangladesh (noreste de India), en las que “dos variedades de papas están creciendo donde ya no crecía nada y son hoy fuente de alimentación”, apunta el doctor Julio Valdivia, director del Departamento de Bioingeniería e Ingeniería Química de la UTEC, institución que construyó el biorreactor donde se cultivaron las cuatro papas superfuertes.

“En un suelo muy alcalino [la tierra fue traída de La Joya, en Arequipa], la papa sobrevivió a condiciones de alto dióxido de carbono (Marte tiene 95 % de CO2 en su atmósfera; nosotros, con el calentamiento global, no llegamos ni a 0,1 %) y a temperaturas de solo 0 °C (en el planeta rojo oscila entre 20 y -70 °C)”, explica Valdivia.

Y aunque las investigaciones del proyecto continúan —se encuentran en la segunda de cuatro fases—, los investigadores, como buenos peruanos, ya están pensando cómo cocinar estas papas en un hipotético futuro en una base marciana.

—Recetario científico—
Por ello se ha lanzado el concurso global denominado La Patata Marciana, que apela no solo al conocimiento culinario de los chefs, sino también a su interés científico. Dirigido a cocineros profesionales de España y Latinoamérica, este certamen reta a los participantes a diseñar una receta cuyo ingrediente principal sea una de estas cuatro superpapas [ver infografía en la página siguiente] que cultivarían los habitantes de una futura colonia en Marte. “La variedad Única crece en distintos lugares, y por eso es la candidata para este desafío gastronómico”, indica Valdivia. “En España le llaman Desiré y se usa sobre todo para frituras”, explica Ortiz.

Ahora toca aprovisionarse de estas papas, imaginarse una cocina en Marte, abrazar la ciencia y crear.

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