El planeta rojo sigue siendo fuente de gran interés para millones de personas alrededor del mundo.
El planeta rojo sigue siendo fuente de gran interés para millones de personas alrededor del mundo.

Por: Miguel Ángel Vallejo

Desde su origen el ser humano mira el espacio buscando respuestas. Hace apenas seis décadas que hemos salido del planeta y casi todo lo que sabemos del universo está en el plano de la física teórica. Un gran avance en esta investigación es la misión InSight de la NASA, que el último lunes llevó un explorador no tripulado a Marte para responder preguntas, pero también para permitirnos imaginar más. Quizá también para buscar nuestro futuro.

Jorge Samanez, director del Departamento de Astrofísica de la Agencia Espacial del Perú, Conida, dice que este aterrizaje en Marte es todo un logro. “De 40 misiones de la NASA allí, han fallado más de la mitad. Es difícil aterrizar en Marte porque la atmósfera es muy delgada, no hay una fricción que retenga el cuerpo al ingresar al planeta. La sonda de la misión redujo su velocidad de veinte mil a solo ocho kilómetros por hora, y utilizó un radar que le mostró a qué distancia estaba del suelo marciano”, afirma.

—Vivir en Marte—
Después de seis meses y medio de viaje, el explorador no tripulado amartizó en la llanura de Eliseo, un lugar seguro de la geografía de Marte, donde permanecerá hasta el final de la misión, en unos dos meses. Gerónimo Villanueva, astrofísico argentino que trabaja para la NASA, afirmó en una entrevista para CNN que este explorador trabaja con la utilización de un brazo robótico para “investigar la actividad tectónica y el impacto de los meteoritos en el planeta”. Esto ayudará a saber cómo se formó Marte, y así comprender mejor también cómo se constituyó la Tierra.

La misión InSight es la primera en seis años que consigue introducir con éxito un explorador en Marte. Y se enfrenta a nuevas preguntas. Villanueva explicó que la sonda busca agua o hielo, y añadió que sus investigaciones podrían ser aún más reveladoras, pues el brazo robótico excavará en la superficie rocosa del suelo marciano buscando vida elemental, “como microbios o bacterias”. En tres meses, la misión tendrá datos definitivos, pero los resultados preliminares se conocerán pronto.

¿Pero por qué todo este revuelo alrededor del planeta rojo? El objetivo es hallar un lugar en el que los humanos podamos vivir en un futuro cercano. “Por desgracia —declara Samanez, del Conida—, ante el calentamiento global, nosotros debemos buscar formas de sobrevivir, y entre los planetas a los podemos llegar, Marte tiene las mejores características para ser habitable”.

Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Para sobrevivir en Marte se debería vencer primero su altísima radiación. Se cree que hace por lo menos cuatro mil millones de años, este planeta tuvo un campo magnético que por alguna razón decayó y lo dejó con una atmósfera casi inexistente (el 1 % de la presión atmosférica terrestre) y sin protección frente a la radiación solar. Esto hace que el clima marciano varíe en extremo. Por ejemplo, según lo registrado en el cráter Gale, en verano la temperatura puede fluctuar entre los 20 y -84 grados Celsius.

Otro escollo son las tormentas de polvo que, en el planeta rojo, son devastadoras. Algo que ha arruinado ya varias expediciones en el pasado.

—Un largo camino—

La exploración a Marte ha vencido diversos escollos. Se puede decir que comenzó en la década de 1960 cuando los soviéticos intentaron poner en órbita las primeras sondas. Sin embargo, los hitos más importantes se dieron una década después con las sondas Viking I y II, enviadas por la NASA. “Estas demostraron que había dióxido de carbono y nitrógeno en Marte”, asegura Samanez. Luego, ya en los 2010, las sondas Spirit descubrieron que, en algún momento de su evolución, este planeta pudo haber albergado algún tipo de vida, algo que se deduce por la existencia en su superficie de antiguos mares helados.

Estos descubrimientos han alentado en muchos científicos la idea de colonizar Marte en un futuro cercano. Uno de ellos era Stephen Hawking, quien pedía retomar las misiones no solo a Marte sino también a la Luna.

“La NASA ha enviado una gran cantidad de naves espaciales a Marte, comenzando con el Martiner 4 en 1964. También inspeccionó el planeta con varios vuelos orbitales, el último de los cuales fue el Mars Reconnaissance Orbiter. Esos vuelos han revelado profundos barrancos y las montañas más altas que se conocen en el sistema solar. También ha hecho aterrizar una serie de sondas en la superficie de Marte, más recientemente, las dos Mars Rovers, que han enviado imágenes de un paisaje desértico seco. Tal como en la Luna, se podría obtener agua y oxígeno de su hielo polar. En Marte hubo actividad volcánica que habría arrastrado hasta la superficie minerales y metales, que una colonia podría usar”, escribió en Breves respuestas a las grandes preguntas, su libro póstumo.

—Imaginar marcianos—
Desde que Galileo lo avistó en 1610 con la ayuda del telescopio, Marte se ha convertido en producto de todas nuestras obsesiones y temores. Daniel Salvo, escritor y especialista en ciencia ficción, recuerda que las obras narrativas sobre Marte en un inicio contemplaban “la existencia de vida inteligente, ya se tratase de pulpos invasores o hermosas princesas de piel roja”.

Científicamente, hasta mediados del siglo XX, se creía que este planeta tenía condiciones aptas para la vida. Todas las ficciones apuntaban a eso. “Desde Edgar Rice Burroughs, con sus guerreros y princesas marcianas, hasta Ray Bradbury y sus melancólicas civilizaciones en extinción, hasta la el arribo de la sonda Viking, en 1976, aún se esperaba hallar vida en Marte”, dice Salvo.

Aunque sabemos ya que esto es imposible, Marte no ha dejado de ser escenario de relatos y novelas. Al contrario, Salvo afirma que “el reto actual es crear ficciones convincentes sobre la base de los nuevos descubrimientos”. En ese sentido, destaca las obras de Andy Weir, en cuyas novelas, El marciano (llevada al cine) y Artemisa, la trama recae en las condiciones reales que existen para desarrollar vida humana en Marte y la Luna”.

A estas alturas de las investigaciones en Marte, la pregunta ya no es si podremos colonizarlo algún día, sino cuándo lo haremos.

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