Entrevista a Hernán Casciari, autor de "Messi es un perro"
Entrevista a Hernán Casciari, autor de "Messi es un perro"
Dante Trujillo

Casciari (1971) es, hasta para quienes no comulgan con sus ideas, un héroe de la independencia creativa, alguien que ha sabido convertir su gran talento y su energía en libros, revistas, blogs, obras de teatro y demás artefactos con miles de lectores y seguidores rendidos. El argentino, como una estrella de rock, tiene fans, aunque de divo no luzca nada: por el contrario, es fácil charlar con él, sentirte en confianza, reír. El carisma es parte de su fórmula. Ya cerró las etapas correspondientes a Orsai y Bonsái, dos de las revistas más originales que se han creado en Iberoamérica y hoy, además de escribir ficciones, prepara nuevas sorpresas en otros formatos. 
     Vuelve a Lima en una gira de lecturas a propósito de su libro "Messi es un perro" (se trata casi de un viaje familiar, dice). El recital es este martes 11 en la Caslit a las 19:30. El ingreso es gratuito: llegue temprano.

No quieres apoyo público, tampoco privado. ¿Solo crees en los lectores?
Lo que digo siempre es que entre el esfuerzo que requiere conseguir subvenciones estatales o privadas, y el que implica generar una comunidad de lectores fieles, que te sigan, yo le recomiendo a los que empiezan que intenten esto último. 

¿Por qué?
A mí me limita que me dé dinero gente que no me lee, que un día puede decidir no dármelo más, y no por razones de talento, artísticas o discursivas, sino por cuestiones corporativas, digamos. No quiero el dinero de quienes no estén en mi misma frecuencia, de quienes no se pueden tomar un café conmigo.

¿Eso no limita las posibilidades experimentales en favor de proyectos siempre más ‘populares’?
Desde hace años estoy solo en proyectos experimentales, sin el dinero de ninguna institución. Voy por la libre, soy libre.

¿Realmente crees que Internet ha democratizado la cultura?
Creo que hay una gran cantidad de consumidores de cultura que sin Internet tendría que recabar lo que le interesa por los mecanismos de siempre, mientras que con él pueden experimentar, buscar nuevas fórmulas y propuestas. No hay límites, salvo los que te impongas tú mismo. Sin Internet me hubiera muerto de hambre. 

Pero no te has muerto de hambre, sino que eres de los que mejor han aprovechado los soportes digitales. ¿Hasta dónde llegará la proyección? 
Los soportes cambian sin parar. Antes había muchos blogs con muchos lectores, y ahora estos parecen ir para otro lado. Los productores debemos estar donde está la gente, si no ¿con quién te vas a comunicar? Hay una gran velocidad de transformación, los consumidores están ansiosos,  histéricos [risas]. Me gusta contar historias, independientemente del formato.  

¿Piensas continuar llegando a tus lectores a través de soportes digitales y ediciones independientes?
Yo ya estuve en las multinacionales de la edición y la cultura, y me fui espantado. Era aburrido, ganaba menos plata (te dan solo el 10 %)… Mientras que por mi cuenta gano el 60 %, soy mucho más feliz comunicándome con la gente que quiero… experimento como y lo que quiero.

¿Y no será que puedes decir eso porque tu caso es único, singular?
Yo conozco muchísimos casos de éxito desde la independencia, en Europa funcionan muy bien los proyectos personales, en la música, el cine, las revistas, la literatura… En la literatura, quizá no llegue a haber un gran cambio entre la gente de mi generación, pero yo no creo que un chico de 20 años que escriba bien esté dispuesto a tocar la puerta de una editorial transnacional, sino que tratará de buscar una manera más novedosa de editar su trabajo.

¿Hoy te consideras más un escritor, un editor, un desarrollador de proyectos, un comunicador?
Soy un gordo perezoso que se levanta por la mañana tratando de no trabajar. Construyo juguetes que me resulten divertidos y cómodos, tratando de surfear con ellos. De todas esas palabras, creo que la única que me corresponde plenamente es “comunicador”, alguien que está interesado en contar y escuchar todo el tiempo.

Hablando de esos juguetes, ¿qué pasó con Bonsái, esa lindísima revista para chicos que produjiste?
Simple: queríamos hacer seis ediciones, por razones económicas pudimos solo sacar tres. Rápidamente pasamos a otra cosa. Si no cambias, envejeces. Y mueres.

La del estribo
¿En qué estás ahora con 
tu gente?
En estos momentos, estamos creando una serie de televisión, una producción importante. La escribiremos hasta diciembre de este año. Se producirá y grabará a continuación, y esperamos lanzar el material en varias partes del mundo en el segundo semestre del 2016. Por ahora no podemos contar mucho más, pero viene grande y bien.

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