Teresa Campos, psicóloga social egresada de San Marcos y funcionaria de la DDC de Cusco.
Teresa Campos, psicóloga social egresada de San Marcos y funcionaria de la DDC de Cusco.

Era difícil quedarse en San Marcos en los '80, vaya que sí. Había quienes pensaban que San Marcos era un Perú en chiquito, los que decían que éramos terroristas, los que decían que estudiar en San Marcos era una enorme responsabilidad porque era parte de historia del Perú.

Recuerdo que en una ocasión se movió una protesta porque se quería elevar los costos de matrícula y claro, ardió Troya… se organizaron marchas, conversatorios, discusiones, se llenaron las calles aledañas a la Ciudad Universitaria. Y me quedó la reflexión permanente… ¿la educación es un servicio del Estado o un derecho?, pues hay quienes señalan que es un servicio del Estado y como tal debe ser eficiente, de calidad, rentable, etc., etc.


¿Es el Estado garante de los derechos de la población?, debe serlo, esa es su razón de ser. Pero tenemos un problema si piensas que la educación es únicamente un servicio, pues la educación es también y sobre todo, un derecho. Por eso existen instituciones educativas públicas, de todo nivel, para cerrar esas brechas de discriminación, de olvido, de postergación… aunque claro, la educación pública en nuestro país está muy distante de ello (basta comparar la inversión por persona en las universidades públicas y privadas).

Todo esto ya lo sabemos. Lo que ahora pasa en San Marcos me hace añorar los tiempos en que cantábamos, bailábamos y luchábamos y no puedo evitar sentirme completamente solidaria, con ganas y energía para sumarme a la lucha. Y no porque sea sanmarquina (que lo soy y a mucho orgullo) sino porque el Estado propone sin planificar, ni proyectar y quita sin pensar. El Estado, tantas veces, asume el beneficio de unos pocos… es decir discrimina, una y otra vez.

Todo esto me hace sentir que aún hay trecho por luchar, porque la verdad es que aun la educación no es derecho en nuestro país, pareciera que es una dádiva. La universidad pública tiene el deber, si el DEBER, de construir país, de aportar en el diálogo de conocimientos y saberes, de gestionar el conocimiento de una sociedad, de aportar en la construcción de personas y profesionales felices con lo que saben, aprenden y hacen. En realidad la universidad pública o privada, pero si es pública tiene como finalidad la de aportar en el ejercicio del derecho a una educación de calidad. Y para ello requiere garantizar, entre otras cosas, docentes de alto nivel académico, instalaciones dignas, equipadas, espacios de estudio, de investigación, de conversación, de trabajo y también de esparcimiento porque la universidad es una escuela de vida.

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