(Ilustración: Giovanni Tazza)
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Martín Hidalgo Bustamante

De 2.383 candidatos que se presentaron para las , el 95% registró un salario anual inferior al de un parlamentario. Además, hay otros 483 aspirantes al Parlamento que no consignaron sus salarios en las hojas de vida que presentaron ante el Jurado Nacional de Elecciones ().

Un congresista percibe un salario mensual de S/15.600. Incluidas las gratificaciones de julio y diciembre, suma en total 14 sueldos, que asciende a S/218.400 anuales. Para este cálculo no se toman en cuenta el bono de representación ni el pago de los gastos de instalación debido a que, en el primer caso, no todos lo emplean como salario y, en el segundo, solo lo cobran los legisladores de las regiones.

Por encima de los S/218.400 anuales, solo figura el 5% de los candidatos que reportaron sus salarios en las hojas de vida. En este pequeño porcentaje hay siete candidatos que registraron tener ingresos anuales por encima del millón de soles. Es decir, la gran mayoría es candidato a un puesto que le va a generar mayores ingresos.



“El partido más homogéneo respecto a sus ingresos anuales es Juntos por el Perú. Hay mayor dispersión en el perfil económico de los candidatos de Perú Patria Segura y Contigo”. José Incio, politólogo

(Elaboración: El Comercio)
(Elaboración: El Comercio)
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Para el politólogo José Incio, existen dos tipos de personas que postulan al Congreso: los profesionales que quieren hacer política y gente con dinero que no tiene nada que perder.

“Pero este segundo grupo no aparece entre los candidatos, es menor, entonces no hay un balance. Esto lo que te dice es que no solo hay un interés político entre este grupo de candidatos, sino que existe expectativa por una mejora económica”, opinó Incio.

En una columna publicada en El Comercio, el economista Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía, hizo una clasificación de cuatro puntos sobre los tipos de personas que postulan al Congreso. El segundo tipo se refiere a quienes consideran que un salario garantizado por los cinco años que dura el período parlamentario es su mejor alternativa económica.

“En otras palabras, personas con pocas opciones lucrativas en el sector privado. Es justo preguntarse cuál sería el nivel de las competencias que alguien con esas características laborales podría aportar al funcionamiento de algo tan complejo como el Congreso”, apuntó Macera.

En declaraciones a este Diario, Macera añadió que el salario del congresista debe ser lo suficientemente atractivo para que postulen personas que cumplen dos requisitos: ser representativos de su circunscripción y tener las competencias profesionales de contribuir con el funcionamiento del Congreso.

“De la información que recopilaron, en promedio el candidato al Congreso tiene entre tres y cuatro veces el salario promedio anual de sus representados, pero con bastante variabilidad”, añadió.

Además, consideró que se debería tomar con pinzas la información reportada por los candidatos, porque en ciertos casos no se registra la cifra real, ya sea por error o por ocultar la suma total.

PROHIBICIÓN:

―El artículo 92 de la Constitución prohíbe a los congresistas “desempeñar cualquier cargo o ejercer cualquier profesión u oficio durante las horas de funcionamiento del Congreso”, y ejercer cualquier otra función pública (excepto la de ministro).

―Varios congresistas han propuesto reducir el salario de un congresista, pero ninguno ha realizado una propuesta concreta hasta la fecha.

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