Lima es una plaza complicada: tradicionalmente gana la derecha, pero también hay otros elementos que movilizan, como el antifujimorismo.
Lima es una plaza complicada: tradicionalmente gana la derecha, pero también hay otros elementos que movilizan, como el antifujimorismo.
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > GIANCARLO AVILA
Jonathan Castro

Visto desde las 16 regiones en las que Pedro Castillo fue favorito, Lima capital es excepcional: aquí el favorito fue Hernando de Soto, ligeramente por encima de Rafael López Aliaga, dos candidatos que no pasarán a la segunda vuelta. De hecho, Lima es la única provincia del Perú en la que ha ganado De Soto.

“Acá estás viendo una fractura clara [entre Lima y el resto del país]. En elecciones anteriores, Humala fue segundo o tercer lugar en Lima; pero hoy Castillo está en quinto. Se ha exacerbado esa distancia”, señala el politólogo Paolo Sosa. “No es como antes. A Humala lo veíamos venir, no era una sorpresa total. Pero Castillo sí es eso”, añade.

En la contienda que empezó entre Castillo, de Perú Libre, y Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, Lima capital es la plaza más importante. Representa el 29% del padrón de electores hábiles, pero está muy fragmentada. Cinco años atrás, los ganadores en el ámbito distrital de Lima apenas fueron dos (Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski), mientras que hoy el mapa se divide entre cuatro.

Esta fue la distribución de los ganadores en Lima cinco años atrás.

Esta es la distribución de los ganadores en el proceso 2021:

Si bien hay algunas continuidades, también se observa una mayor fragmentación de las preferencias en la capital.

En las últimas cinco elecciones presidenciales, los candidatos favoritos en Lima en la primera vuelta han sido alternativas de derecha.

¿Por qué se inclina hacia la derecha? Carlos Alberto Adrianzén, docente de Ciencias Políticas, explica que hay varios factores. Entre ellos están los niveles de ingresos y educativos, pero también por la influencia en la capital del debate público, que es más conservador en el terreno político que en las regiones.


En la segunda vuelta también se ha repetido la inclinación hacia la derecha, pero lo que vale resaltar ha sido la capacidad que han tenido para crecer los candidatos que se posicionaron en este flanco.

En la contienda entre Alan García y Ollanta Humala, en el 2006, el primero subió casi 40 puntos porcentuales en Lima. “En Lima, el ‘terruqueo’ funciona mejor”, señala Adrianzén.

Mientras que en la segunda vuelta entre Humala y Fujimori, en el 2011, la segunda creció 34 puntos. “Lo que cambia a partir del 2011, pero sobre todo del 2016, es la activación del antifujimorismo, pues en Lima hay activismo que moviliza este tema”, añade Sosa.

Los voceros de Perú Libre han anunciado que van a emprender una campaña en los sectores populares de Lima, un terreno en el que Fujimori puede darle batalla.

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