Las encuestas se mueven poco hasta ahora y pueden ser reflejo de que estemos todavía a un mes de la elección. (Composición: El Comercio)
Las encuestas se mueven poco hasta ahora y pueden ser reflejo de que estemos todavía a un mes de la elección. (Composición: El Comercio)
Omar Awapara

Hace mucho que el sólido norte cambió de manos. Dejó de ser el gran bastión aprista para, electoralmente, repartirse entre , con fuerte presencia en competencias locales y regionales, y el . Pero más allá de nombres propios, el norte del Perú era un reducto relativamente conservador donde discursos de cambio radical no solían tener mucha acogida en los últimos años.

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Las últimas encuestas, como la de Ipsos este domingo, muestran una erosión de dicho bloque, al punto que recibe 41% frente al 28% de , un margen superior al observado a nivel nacional donde la distancia es de 9 puntos. Destaqué esta tendencia hace dos semanas, cuando hablaba del voto en primera vuelta en regiones como Piura, uno de los epicentros de la revolución agroindustrial de los últimos 20 años. Son regiones donde al fujimorismo le fue bien incluso en la elección congresal del 2020, pero que han sufrido también los duros embates económicos y sanitarios de la pandemia.

Vuelvo a traer esto a colación por una de las promesas de campaña de Pedro Castillo en el debate del sábado en Chota, en la que amenazó con cerrar la economía a importaciones de bienes que ya se producen en el Perú. Si la memoria no me falla, esta debe ser la primera vez en treinta o cuarenta años que un candidato en segunda vuelta ofrece algo igual de radical en ese terreno. Alan García y Ollanta Humala criticaron en distinto grado el tratado de libre comercio con Estados Unidos en campaña, pero no recuerdo que hayan llegado a ese extremo.

La razón es simple. El libre comercio tiene la virtud de beneficiar de manera difusa a un amplio sector de la población, como los consumidores, mientras que el proteccionismo beneficia solo a un grupo limitado de productores, que son siempre menos numerosos que los consumidores. En una elección, es más probable que el votante promedio sea consumidor y no productor, y por ello, sea más estratégico apelar al primero y no al segundo.

En la entrevista que Marco Sifuentes le hace a Pedro Castillo en diciembre del 2020 hay un intercambio que quizás explique a quién se dirige realmente el candidato de Perú Libre. Cuando Sifuentes le pregunta dónde estaba en las “marchas de noviembre”, Castillo responde que movilizándose y solidarizándose con sus “hermanos agricultores”. Las marchas que tenía presente Castillo eran las del paro agrario, no las que siguieron a la vacancia de Vizcarra. Como señalara Hugo Otero en una entrevista hace poco (“La República”, 27 de abril), en el Perú se está produciendo un estallido social a través del voto, y no en las calles, como en Chile. Un anticipo de ello quizás fue lo que vimos en las marchas, no de noviembre, sino de diciembre.

Las encuestas se mueven poco hasta ahora y pueden ser reflejo de que estemos todavía a un mes de la elección. Hechos puntuales como el apoyo de César Acuña y sus bases pueden ayudar a a recuperar el paso en esa región. Plaza crucial, pues el camino hacia Palacio pasa por el norte.

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