Puede parecer raro, pero el hielo es una de las cosas más buscadas y apreciadas por militares, científicos, turistas y demás visitantes de la Antártica. Pero no sólo el de los témpanos, sino uno formado hace cientos de miles de años que aseguran es el complemento ideal para un buen whisky añejo.
El hielo milenario, como se conoce, se distingue del resto de bloques blancos que flotan en el agua porque parece un diamante negro ya que, a diferencia de los témpanos de hielo, su cristalina transparencia refleja la oscuridad de las profundidades del océano.
Esto se debe a que este hielo se fraguó a partir de los copos de nieve que cayeron hace miles de años formando extensos glaciares. Con el tiempo quedaron tan comprimidos, que formaron bloques de hielo con apenas aire en su interior, lo que dicen hace que se derrita más lentamente que un hielo normal.
HIELO EXQUISITO En Chile se dice que en los bares de altos vuelos de la capital te cobran el doble por un trago con hielo milenario.
En Antártica, los militares lo pescan con grúas, para disfrutarlo en sus horas de recreo y regalarlo a amigos y familiares una vez en tierra.
Los turistas, brindan con él en los cruceros turísticos, deleitados con la idea de consumir un hielo compuesto por las mismas gotas de agua que bañaron a los dinosaurios.
Sus adeptos recomiendan tratarlo con mimo, por lo que para partirlo se emplea un fino punzón o cuchillo con el que se pica pausadamente desgajándolo en bloques irregulares. De otro modo se haría añicos.
ATRACTIVO NEGOCIO El consumo de hielo milenario no es nuevo ni exclusivo de estas tierras australes. En 1988 el diario estadounidense The New York Times ya reportaba cómo el comercio de hielo glaciar se estaba convirtiendo en una Hot new industry, en un atractivo y nuevo negocio en regiones como Alaska.
En ese estado, el hielo milenario no sólo se usa para refrescar el trago, sino también para elaborar cerveza, vodka y agua embotellada.
Y ciudades como Los Ángeles y Nueva York cuentan con empresas que suministran hielo glaciar de alta calidad a fiestas exclusivas, que posiblemente termina en los vasos de famosos como Brad Pitt o Penélope Cruz.
¿MERCADO NEGRO DEL HIELO? En enero de 2012, la prensa internacional hizo amplio eco del robo de 5.200 kilos de hielo del glaciar Jorge Montt, en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins, en Chile.
La policía sospecha que el cargamento, valorado en unos US$6.100, tenía como destino bares de lujo, aunque esto nunca fue corroborado.
Tuvimos otro caso el año pasado en la ciudad de Puerto Aysén, explicó a BBC Mundo Oscar Rosas, Jefe Nacional de delitos contra el Medio Ambiente de la policía de Chile.
En esa oportunidad se investigaron algunas extracciones en el parque Laguna de San Rafael. En Chile, todos los parques nacionales son protegidos y resguardados por brigadas especiales para detectar delitos que puedan afectar el ecosistema, indicó Rosas.
No obstante, no tenemos información fehaciente de que esté destinado a su uso en bares de lujo. El destino es difícil de interpretar, agregó.
ES SÓLO HIELO A pesar de toda esta fascinación por el hielo milenario, las palabras del glaciólogo croata-chileno Cedomir Marangonic desbaratan en parte el mito en torno a él.
Podríamos decir que se derrite un poco más lento, pero tampoco es muy diferente de uno de 20 años de antigüedad, explica.
En realidad no hay diferencias excepto en la densidad y las impurezas. El hielo glaciar tiene impurezas que provienen del arrastre del viento de las partículas. Aún así, asegura, su consumo es seguro y no debería causar daños a la salud de quien los consume.
Por lo demás, dice, se trata de un hielo no muy distinto al normal, excepto por el romanticismo que genera su historia.
En Chile decimos que es un esnobismo, un intento de mostrar que se hace algo diferente.