Tabla de Picar: "Comerse todo", por Catherine Contreras

La agenda culinaria estuvo cargada (y diversa) el fin de semana que pasó. Nunca había sucedido que Lima se convirtiera en sede de cuatro grandes eventos gastronómicos, cuya programación habrá puesto en un dilema a miles de comensales y representantes del sector culinario local, deseosos de asistir a todos.

Por un lado estuvo Mistura, la feria mayor que, instalada hoy en el Rímac, nuevamente rebosa de color y sabor nacional. Al otro extremo, muy cerca de ese espacio que la gran feria dejó en la Costa Verde, se realizó el primer festival Gochiso, verdadero banquete nikkei que según primeras estimaciones habría recibido a lo largo de sus tres jornadas a cerca de 10 mil visitantes.

La tercera opción –que va hasta el martes 31 de octubre– la puso el Oktoberfest, con una oferta cervecera instalada en una gran carpa ubicada junto al mar y que curiosamente miraba hacia la feria vecina.

Enfocada en un público más preciso pero igual de interesante, se perfiló Gastromaq, una plataforma que reunió a proveedores de la industria gastronómica y hotelera, y cuyo fin fue convocar curiosamente a quienes se encontraban cocinando en espacios con los que tuvieron que competir.

Celebramos la oferta de ferias gastronómicas en una Lima que está ansiosa de diversidad, pero renegamos por este cruce de eventos tentadores e interesantes. Programar será en adelante un ingrediente fundamental, para dar en el gusto de todos.