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Gastronomía
Paola Miglio

El chifa Fung Yen no tiene letrero exterior, solo dos vitrinas que dan al jirón Ucayali: una en donde se lucen sus carnes ya preparadas, listas para el corte, y otra donde su acomodan sus bocaditos dulces. Casi siempre hay cola, o para esperar mesa o para pagar la cuenta.


El comedor es un amplio salón descolorido y de poca gracia, donde el servicio de sala se mueve serio y rápido, sin hacer mucho caso a los pedidos extras de los comensales. Hay desorden en la mesa, mas no suciedad, y la carta es una fotocopia con espacios para marcar: descripción, precio y cuadradito para colocar la equis en lo que se quiera comer. La afluencia es harta, la rotación también. Y al contrario de lo que se podría pensar, no es un espacio de precios cómodos, mas sí bastante asequibles.

Arrancamos el banquete con un siu mai de chancho. Para ser conocido en el barrio por sus bocaditos chinos de desayuno, estos llegan bastante apagados. Luego una sopa wantán, de fondo profundo y sabroso, verduras algo sobrecocidas, pero wantanes de relleno gordo y contundente. Si esta característica del wantán se hubiese trasladado a los fritos, el resultado del kam lu hubiera sido distinto. No estuvo mal: bien servido, gusto equilibrado y generosa porción, aunque los flacos wantancillos no destacaron en el plato.

Siguió el arroz, que no lleva mucho sillao (cosa que siempre me saca una sonrisa de alegría) pero cuyo grano pudo haberse escogido mejor. Las porciones son pequeñas, personales y llevan poca proteína: para el precio, no dan la talla. Lo mismo pasó con el costillar nam yui, a pesar de tener buena sazón, su textura no fue convincente. La diferencia, en cambio, la hizo el chancho cha siu, versátil preparación de tierna mordida y equilibrado puntual en especias que daba para comerse solo. El pollo chi jau kay también alcanzó el estrellato: de apanado justo y fritura limpia y crocante, además de mantener el pollo jugoso, y la chicha poco dulce fueron otro golpe agradable y refrescante.

En el Barrio Chino limeño lo que más abunda son chifas. Los que ya tienen nombre hecho y aquellos huariques que siempre andan llenos por la cantidad, calidad y precio de su oferta. Sí, el Fung Yen no es nada atractivo a simple mirada, pero debo confesar que volvería por algunos de sus platos, a seguir explorando, curiosa, la nutrida carta de bocaditos chinos, y sobre todo si ando cerca y busco un espacio sin tanta pompa ni compromiso para comer. Si bien la atención podría mejorar, al parecer al local le funciona. Es un buen recurso para tener a la mano, para salir del paso sin arrepentimientos.

AL DETALLE
Puntuación:
13/20
Tipo de restaurante: Chifa.
Dirección: Jr. Ucayali 744, Cercado de Lima.
Horario: todos los días de 8 a.m. a 9 p.m.
Carta de bebidas: té, gaseosas y una muy buena chicha.
Precio promedio por persona (sin bebidas): S/40.

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