"Flor sugiere el vino", por Catherine Contreras
"Flor sugiere el vino", por Catherine Contreras

Mujeres en la cocina hay muchas, aunque son pocas las que ocupan la jefatura en restaurantes. Mujeres agitando cocteleras en la barra, algunas, y que empiezan a ganar terreno en un mundo reservado a los hombres. Mujeres trabajando en el servicio de vinos en contacto con el comensal hay pocas, muy pocas. 

Flor Rey es una de ellas. Es argentina, 35 años, acaba de ser madre y es sommelier en Maido. Llegó al Perú para llevar un curso de cata de pisco, en el 2011, y en solo tres semanas fue convocada para trabajar en Mayta. Pasó por Lima 27 y después por Central, hasta unirse al equipo de Mitsuharu Tsumura en el 2014. 

Flor reconoce que hay un poco de machismo en los restaurantes de nivel, pero que las mujeres acá tampoco demuestran tanto interés por trabajar en sala como sommelier. Sí, es duro. Ella lo hace a diario. 

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En la Unión Peruana de Sommeliers hay cerca de 70 asociados. El 30% son mujeres que difunden la cultura del vino en este país sediento de conocimiento. 
Como Flor, son pocas las que tienen contacto con el comensal. Muchas más trabajan en docencia o como asesoras y jefes de marca en empresas importadoras o bodegas nacionales. 

En un país como el nuestro, donde la gastronomía apuntala nuestro orgullo, pareciera que la comida se queda atracada, sin pasar. Falta algo: el mundo líquido. El sector necesita comprender de una vez que hay un profesional cuyo trabajo merece ser más considerado, revalorado. Lo hicimos con los cocineros y los productores. Es turno de los sommeliers, en igualdad de condiciones, hombre y mujer. 

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