Los pobladores del norte chico de nuestro país cultivaban, procesaban y consumían maíz hace cinco mil años, según un equipo de investigadores que examinó cientos de muestras de suelo y residuos de herramientas de piedra, y que publicó sus conclusiones hoy en la revista Proceedings of the Nacional Academy of Sciences.

El equipo, en el cual participaron Luis Huamán Mesía y Cindy Vergel Rodríguez, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, enfocó la discusión que por más de cuarenta años ha habido acerca de la presencia y la importancia económica en el periodo arcaico tardío (de 3.000 a 1.800 años AC) en Perú.

Las pruebas de la presencia de maíz en ese período han sido limitadas y eso llevó a muchos investigadores a la hipótesis de que se usaba principalmente con propósitos ceremoniales.

Los estudios arqueológicos en numerosos sitios de la región norte chico, en la costa central norte, proporcionan una amplia gama de datos empíricos sobre la producción, procesamiento y consumo de maíz, afirmó el artículo.

Ese fue un período de importante desarrollo cultural en la costa peruana del Pacífico, y fue en ese tiempo que se asentaron grandes comunidades permanentes, apareció la arquitectura monumental y se desarrolló más la agricultura.

Las excavaciones han producido nuevas evidencias de la presencia y consumo de maíz durante este período, añadió el estudio. El primer maíz recuperado en esta región proviene de excavaciones en el sitio Aspero, del valle Supe, donde hace medio siglo se descubrió un grupo de 49 mazorcas.

Desde entonces se han hallado otras pruebas de la presencia del maíz en ese período, y los científicos añadieron exámenes con tecnologías más avanzadas, incluido el análisis de polen hallado en el suelo y de coprolitos, o materia fecal fosilizada, para determinar la antigüedad de esas evidencias.

HALLAZGOS MILENARIOS Los coprolitos, explicaron los investigadores, se recuperaron entre desechos domésticos, escombros de construcción y habitaciones abandonadas en las áreas de Caballete y Huaricanga. Treinta y cuatro coprolitos eran humanos, 16 de perros domesticados y otros de una variedad de cérvidos, zorros, y animales carnívoros y omnívoros no identificados.

Las evidencias combinadas de muestras del suelo, restos de herramientas de piedra y contenido de coprolitos establecen que el maíz se cultivó, procesó y consumió en los sitios del valle Fortaleza en el arcaico tardío, afirmó el estudio.

La prevalencia del maíz en contextos múltiples y diferentes sitios indica que esta planta alimenticia domesticada se cultivó ampliamente en el área, fue un elemento básico de la dieta y una fuente importante de almidones, y que no se consumió sólo en ocasiones ceremoniales, concluyó.