Celia Ramos creció entre cultivos orgánicos que respetan el medio ambiente. Su trabajo puede inspirar a otros agricultores jóvenes del país.
Celia Ramos creció entre cultivos orgánicos que respetan el medio ambiente. Su trabajo puede inspirar a otros agricultores jóvenes del país.
Catherine Contreras

La unión de varios voluntarios hará posible Sisay, un congreso fundamental que germina en la tierra pero ese extiende a la mesa. A Huancayo llegarán 100 jóvenes agricultores del país, cuyas edades fluctúan entre 18 y 35 años. Será gente tan valiosa como Celia Ramos Rojas, joven agricultora ecológica del valle de Pachacámac, que junto a su esposo cultivan tres parcelas en un centro poblado rural de Manchay Bajo.

Desde muy pequeña Celia aprendió de sus padres, que se dedican al cultivo de frutas y hortalizas que venden en mercados de Musa y Cieneguilla. Fueron ellos los que, tras aprender los conocimientos de la agricultura ecológica, decidieron migrar sus chacras al cultivo orgánico. Celia siguió su ejemplo y hoy es parte de la Asociación de Productores Ecológicos BioFresas de Manchay, integrada por 6 campesinos que desde el 2011 venden sus productos libres de pesticidas y químicos en la Bioferia del parque Reducto, en Miraflores.En su parcela Lagunita, Celia cosecha fresas tan rojas, grandes y sabrosas, como el mejor regalo que la naturaleza puede dar. También espinaca, apios y acelgas que elevan sus hojas al sol, capturando toda su energía. Rabanitos y beterragas, lechugas y coles moradas, berenjenas y zapallos, cebolla china, hierbabuena, perejil… todo florece en esta tierra buena.

Necesitamos más gente como Celia Ramos Rojas, quien es una de los 24 jóvenes agricultores que irán becados a Sisay, pero podrían ser más. Se necesita S/650 para cubrir los gastos de una persona (traslado, alojamiento y alimentación). Es momento de que cocineros e instituciones extiendan una mano.

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