Es normal que los niños lloren ya que no pueden comunicarse de otra manera. Pero, si termina siendo excesivo, es mejor llevarlo con su pediatra.
Es normal que los niños lloren ya que no pueden comunicarse de otra manera. Pero, si termina siendo excesivo, es mejor llevarlo con su pediatra.
Redacción EC
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Durante los primeros tres años, la única manera que tienen los bebés y niños para comunicarse con los padres o cuidadores es a través del llanto. Lloran cuando tienen hambre, sienten miedo o enojo.  Por eso, muchas veces es difícil interpretar la necesidad que puede presentar y la reacción que se puede tomar ante ello.

Sin embargo, el niño llora por tres motivos principales: cuando sienten dolor, enojo o miedo. Los profesores Enrique Fernández-Abascal, Mariano Chóliz y Francisco Martínez desarrollaron la  ‘Guía de la expresión del bebé’, publicado por el Instituto del Bebé NUK, que explica la comunicación que tienen los niños durante su primera etapa de vida a través de los gestos faciales.

El llanto de un bebé dependerá del tipo de emoción que sientan:

El dolor

Aunque puede ser desagradable ver a los niños llorar por dolor, muchas veces es una señal o aviso de que algo en su cuerpo le está incomodando o no funciona bien. Además, es un mecanismo de defensa que usan los niños para evitar o escapar del dolor.

Lo podemos identificar fácilmente porque es una de las expresiones más definidas y uniformes. Normalmente, los bebés muestran dolor cuando bajan y juntan las cejas al mismo tiempo. También, eleva las mejillas, sus párpados se cierran, frunce y arruga la nariz mientras desciende la mandíbula.

La ira

Este sentimiento se produce cuando un bebé se siente frustrado ante el deseo de obtener algo. La ira es una reacción que sirve como defensa o ataque. Además, evita confrontar una situación.

Cuando un niño tiene cólera, su llanto se incrementa lentamente y con mayor intensidad. Mantienen los ojos entreabiertos y, en niños mayores de ocho meses, miran fijamente al objeto que les provocó el enojo.

El miedo

Es una reacción que se produce cuando el bebé está frente una amenaza imprevista. El miedo cumple como función para evitar o escapar de una situación. Por ello, los niños desfogan una gran energía al llorar.

El llanto aparece poco a poco, entre agitado y nervioso, hasta que estalla por completo. Por otro lado, mantienen los ojos muy abiertos y empiezan a buscar ayuda con la mirada. En algunos casos, los bebés más pequeños suelen mover su cabeza de atrás hacia adelante.

El miedo se puede manifestar en el rostro por la elevación de las cejas y párpado superior, el estiramiento de sus labios y la separación de los mismos.

Recuerda:

  • El llanto puede manifestar algunas de estas emociones, pero si continúa y termina siendo excesivo es mejor que lo lleves al doctor. Muchas veces los niños lloran cuando están presentando el inicio de una enfermedad.
  • El llanto excesivo también puede provocar el Síndrome del Niño Sacudido (SBS), ya que los padres o el cuidador puede desesperarse al no calmar al bebé.
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