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La foto inmortal de Joe Rosenthal - 2

Cuando vemos la foto de los marines colocando la bandera de Estados Unidos sobre el monte Suribachi, en la isla japonesa de Iwo Jima, pocos recordamos al autor,
el fotoperiodista Joe Rosenthal, ganador del premio Pulitzer, quien tuvo que argumentar por décadas que la imagen no había sido “armada”.

De antepasados judíos, Rosenthal convirtió un pasatiempo en su profesión. Se inició como reportero gráfico en la década de los treinta en el San Francisco News. Pero fue laborando para la agencia internacional Associated Press que desarrolló sus mejores trabajos, sobre todo, durante la Segunda Guerra Mundial.

Calvario estadounidense

Iwo Jima, un promontorio flotante de 20 km2, albergaba a 21 mil soldados japoneses dispuestos a pelear hasta las últimas consecuencias. El 19 de febrero de 1945 los estadounidenses desembarcaron sin encontrar ninguna resistencia. Todo era parte de un plan elaborado por el general japonés Tadamichi Kuribayashi. Cuando las playas estuvieron colmadas de tropas enemigas, los japoneses abrieron fuego.

Tras cinco días de un encarnizado combate, el 23 de febrero las fuerzas estadounidenses rodearon el monte Suribachi, ubicado al sur de la isla, y empezaron a ascender. Al llegar a la cima del viejo volcán, a las 10:20 a.m., un grupo de soldados colocó una pequeña bandera en medio de los disparos y las bombas enemigas.

Rosenthal en escena

Rosenthal se encontraba en el sur de la isla cuando se le informa que el monte ha sido tomado y que 40 marines estaban subiendo a enarbolar una bandera. El fotógrafo contó después que mientras subía a la cima del volcán junto a dos marines más: otro gráfico y el camarógrafo de cine, se cruzan con el fotógrafo Lou Lowery, quien les dice: “¡Demasiado tarde chicos, la bandera está izada y ya he hecho la foto!”.

Por unos segundos dudó en continuar. Sin embargo, su instinto de fotoperiodista lo llevó hasta la cima. Cruzó el campo de batalla acompañado de Bob Campbell y Bill Genaust, entre muertos y heridos, respirando el olor a sangre y pólvora. Mientras ascendía cuidaba que su cámara speed graphic no cayera y se dañara, a pesar de la enrevesada pendiente.

La toma del sector tuvo un costo de vidas elevado para ambos bandos. El general Kuribayashi, apertrechado en las entrañas del volcán, había enviado un mensaje final: “El enemigo está ascendiendo hacia la cima. Los que quedamos nos damos cuenta que las esperanzas de volver a casa con nuestros seres queridos han desaparecido, estamos condenados pero lucharemos hasta el último hombre”.

Al pisar la cumbre, sobre el mediodía, Rosenthal observa dos banderas, la pequeña, que fue izada unas horas antes, y la segunda, que estaba siendo atada a un tubo improvisado como mástil por unos soldados. “Retrocedí unos diez metros, pero el sol desapareció, y yo estaba demasiado bajo para encuadrar bien”.

El fotógrafo juntó unas piedras rápidamente y se paró sobre ellas para compensar su escasa estatura (1.65 m). En ese instante vio por el rabillo del ojo a los soldados preparándose para emplazar la bandera. “Levanté la cámara y retrate la imagen”, cuenta Rosenthal.

“Cuando tomas una fotografía de esa forma, no te vas pensando que hiciste una gran toma, no lo sabes”, dijo alguna vez. Pero así quedó fijado en el negativo el histórico momento, protagonizado por cinco marines y un enfermero, a los que, curiosamente, no se les puede ver el rostro.

El después de la imagen

Allí aparecen (I-D) Ira Hayes, Franklin Sousley, Michael Strank (detrás de Sousley), John Bradley, Rene Gagnon, (detrás de Bradly) y Harlon Block. Fueron 30.000 marines los que desembarcaron en la isla, de los cuales 6.800 murieron al culminar la batalla, entre ellos Sousley, Block y Strank.

La imagen se convirtió en un símbolo de victoria que el gobierno de los Estados Unidos explotó para obtener el dinero que pudiera seguir solventando su participación en la guerra, historia que se cuenta en detalle en la película de Clint Eastwood “Banderas de nuestros padres”, basada en un libro.

Asimismo, Joe Rosenthal conseguió el premio Pulitzer por la mejor gráfica de aquel año. “Izando la bandera en Iwo Jima” ha sido considerada entre las mejores 100 imágenes del siglo XX.

El 20 de agosto del 2006, a los 94 años, Joe Rosenthal fallece de muerte natural mientras duerme en un centro de asistencia de San Francisco.

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