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Una acusación de racismo y la falsa "discriminación al revés" - 1
Gustavo Kanashiro Fonken

Empezó como un enfrentamiento que se salió de control dentro de un supermercado en , pero ha escalado a través de las redes sociales hasta convertirse en un caso de que incluso ha sacado a relucir un término como la "discriminación al revés" que ha esbozado la acusada para tratar de defenderse. "Yo qué culpa tengo de que mi mamá y mi papá no sean de un tono más oscuro y no es poca la gente que a mí me discrimina. Es una discriminación al revés", fue parte de la defensa de Rosa Cabanillas, acusada de haber agredido e insultado a un bebe y a su abuela, argumento que no se puede aplicar en este caso. Cabanillas incluso señaló que fue agredida por una familiar de la señora a quien supuestamente insultó.

Rosa Cabanillas se ha defendido diciendo que ella fue agredida primero y que es víctima de discriminación al revés. (Facebook)

"Existe algo que se puede llamar racismo a la inversa, pero no acá. Acá hay tres hechos. Primero, que hay al menos cuatro testigos que afirman que la señora no quiso que otra mujer de características autóctonas se siente en un sitio en el Jockey Plaza y que le dijo que se vaya con un término racista e incluso apelando a la violencia", dijo a El Comercio el antropólogo Raúl Castro.

"Segundo, que hay un movimiento de vigilancia social a través de redes sociales que crea una viralización, una suerte de fiscalización social que hace una campaña de identificación que busca que se haga justicia ante una persona que ya hizo un acto de discriminación y violencia. Son las redes sociales que recogen un sentimiento que llega incluso a hacer que la Universidad ESAN se desvincule de ella", añadió. "Y tercero, está la defensa de ella, donde esboza el argumento de que hay un racismo a la inversa contra ella. Que ella también fue agredida y que es discriminada, pero no responde directamente las acusaciones de insultos racistas", indicó el antropólogo.  - ¿Discriminación a la inversa? - Aunque no se pueda aplicar en este caso, sí existe el concepto de una discriminación que se puede considerar que es "a la inversa". Sin embargo, es en realidad una defensa muy cómoda de parte de quienes se sienten víctimas de un sistema de racismo en el que ellos mismos se ubican en una postura más privilegiada.

“Si analizamos lo que dice la señora (Rosa Cabanillas), dice que es atacada porque dicen que es más blanca, que la discriminan porque tiene un lugar de privilegio. Si uno trata de entender esto, ella dice que tiene una posición social superior y que le hacen un escarnio por esta preferencia, pero lo cierto es que las críticas apuntan a que ella profirió insultos raciales”, comentó Raúl Castro. A pesar de que existe un “racismo a la inversa”, es imposible poner este tipo de prácticas a un mismo nivel que el racismo en contra de quienes han sido menospreciados históricamente por su color de piel. “No hay punto de comparación entre la discriminación, se puede hacer de abajo hacia arriba, por decirlo de alguna manera. No es igual que digan que un taxista le cobra más a alguien porque es blanco a que se discrimine a un provinciano en asuntos laborales, económicos o en el propio estereotipo visual que manejan los medios de comunicación”, manifestó el antropólogo. - Racismo y punto - El concepto del racismo en general tiene que ver con un sistema que concibe una superioridad meramente social que no se basa en nada más que el color de la piel. El pensar en que se aplica “a la inversa” termina siendo una suerte de revanchismo basado en ese mismo esquema. El racismo debe ser considerado como racismo y punto y como tal debe ser combatido en todos los círculos sociales. El verdadero temor debe ser hacia la posibilidad que cualquier caso de racismo se convierta en un acto de odio. “Lamentablemente, la estratificación y jerarquización social es compartida por quienes se consideran arriba y quienes se consideran abajo y eso puede generar represalias a través de actos de odio”, advirtió Castro.

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