Adulto mayor: se puede vivir bien con diabetes en la vejez
Redacción EC

“¡Azúcar!”. Ese es el santo y seña de los 80 miembros de la Asociación Taller Amigos Diabéticos Hospital II Suárez – Angamos, de . Con ese grito, popularizado hace décadas por la desaparecida y gran sonera , se pasan la voz, se saludan y se abrazan cada miércoles por la tarde estos animados pacientes diabéticos en uno de los salones de la Casa del Adulto Mayor de la , ubicada en la esquina de los jirones San Miguel y El Carmen.

Y entre ellos la camaradería y las bromas siempre terminan dando paso a la seriedad de actividades orientadas a controlar y llevar de la mejor manera su , que es un síndrome definido como un desorden metabólico caracterizado por un alto nivel de glucosa (azúcar) en la sangre, lo que lleva a la alteración del metabolismo de las proteínas y los lípidos (grasas), condición que deriva en el deterioro de diversos órganos.

Estos pacientes de la tercera edad se consideran miembros de un club que les puede salvar la vida. Organizados desde hace seis años, se reúnen semanalmente para recibir charlas sobre cómo alimentarse y qué tipo de actividades realizar para mantener a raya la enfermedad.

“Nosotros somos la prueba: sí se puede vivir bien con diabetes en la vejez, y a cualquier edad”, señala Alfredo Falcón Castro, de 69 años y diabético hace 28. “Todo es cuestión de controlar nuestra azúcar, y para ello debemos tener una alimentación sana y hacer ejercicio”, subraya Falcón, quien debido a la diabetes ya en un ojo.

“Para nosotros, por ejemplo, la gaseosa es veneno. Somos amigos del agua. Pura agua, y harto verde en nuestro plato”, describe el presidente de la asociación.
Los miembros de este club han aprendido a medirse el azúcar con el glucómetro que llevan a todas partes. Se pinchan un dedo y la sangre que mana es medida en ese aparato pequeño con apariencia de teléfono celular. 

Asimismo, han aprendido a tomar sus pastillas religiosamente o cuando las necesitan de urgencia o a inyectarse insulina cada vez que sienten una descompensación. “Antes de asumir mi mal y ser organizado, dos veces me recogieron de la calle porque me había desmayado”, recuerda Alfredo. “Pero ahora controlo la diabetes. Haciendo lo correcto, llevo una vida normal”, asegura con una sonrisa de satisfacción.

UNO DE CADA CINCO

El doctor Jorge Calderón, ex presidente de la (Adiper), sostiene que una de cada cinco personas adultas mayores padece de diabetes del tipo 2, es decir, el tipo más común en nuestro país, asociado y generado por la carga genética, la obesidad y el sedentarismo, y que ataca fundamentalmente a los adultos. La diabetes tipo 1, caracterizada por la destrucción autoinmune de las células productoras de insulina, se ve más bien en niños y jóvenes.

Algo muy difícil para el diabético es aceptar que lo es. “A veces siento que no me resigno a ser diabética, y digo por qué a mí me tocó. Felizmente me cuido y tengo controlada la enfermedad”, indica Nelly Varela Caycho, de 68 años y diabética desde hace 28 también.

El grupo alista diversas actividades para conmemorar este 14 el Día de la Lucha contra la Diabetes, declarado por la Organización Mundial de la Salud, y difundir entre quienes sufren este mal las formas en que pueden vivir sanamente.

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