Albergues temporales para mujeres agredidas son insuficientes
Albergues temporales para mujeres agredidas son insuficientes
Cristina Fernández

En su refugio temporal, una casa de acogida de Carabayllo, Jacqueline se llena de valor para retomar su vida. Hace un mes abandonó el hogar donde habitó con su esposo y sus tres hijos por 20 años, para pedir ayuda y salvarse.

“Los primeros años fueron de amor, luego empezó a celarme, me prohibió ver a mis amigos, me hacía sentir inferior por no aportar económicamente al hogar, me insultaba, después llegaron los golpes y terminó abusando sexualmente de mí”, cuenta entre llantos.

Jacqueline dice que en dos ocasiones intentó denunciar a su esposo en una comisaría, pero siempre la detuvieron cuestionamientos de su entorno como: “¿Qué habrás hecho para que te grite”. Como su caso, en promedio hay otras 1.500 denuncias por al mes en Lima y Callao, unas 18.000 al año.

“Me separaba por un tiempo, luego él me buscaba arrepentido y yo creía que podía cambiar, pero ahora sé que un hombre violento no cambia”, afirma.

—Esperanzas—

Junto a Jacqueline, otras cuatro mujeres, cada una con sus hijos, viven en este pequeño departamento de cinco habitaciones. Este albergue de Carabayllo es una de las dos casas de acogida que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) puso en funcionamiento en Lima y Huancavelica, tras la promulgación de la Ley 30364. Antes de la reglamentación de esta norma, en julio del 2016, el MIMP no contaba con facultades ni presupuesto para crear albergues adecuados que acogieran a mujeres en riesgo. 

Además de esta casa de acogida de Carabayllo, en toda Lima existen 10 albergues administrados por municipios, iglesias y ONG. Para el Ministerio de la Mujer, 11 refugios aún es insuficiente.

“Lo ideal sería tener por lo menos una casa de acogida por distrito. Ahora que tenemos capacidad para implementar más albergues necesitamos el apoyo de los municipios”, precisó Illian Hawie Lora, directora Contra la Violencia de Género del MIMP.

Este año el MIMP, con apoyo de gobiernos locales, planea inaugurar otras dos casas de acogida en Lima y ocho más en el resto del país. “Sé que yo no estoy sola, hay entidades que sí nos apoyan. Ahora volveré a mi casa con mis hijos. Con él nunca más”, afirma Jacqueline. 

La importancia de implementar más casas de acogida, como la de Carabayllo, es que en estas se brinda atención médica, psicológica y legal. Además se ofrecen talleres productivos para las mujeres agredidas y espacios para sus hijos. Sin embargo, si hoy otra mujer en Carabayllo necesitara albergue, esta casa no podría recibirla, porque sobrepasaría su capacidad de 20 personas.

“Necesitamos erradicar la violencia, pero mientras tanto debe implementarse una orden de retiro del hogar contra el agresor, para que la mujer no tenga que dejar su casa”, dice Hawie Lora.

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