Expertos coinciden en que Sedapal debe contar con incentivos privados
Redacción EC

El lunes de esta semana, el titular del Ministerio de Construcción, Vivienda y Saneamiento (MVCS), Javier Piqué, afirmó que el sector no estaba contemplando ninguna opción que fuera a implicar la privatización de , empresa estatal que se encuentra en el ojo de la tormenta tras el aniego ocurrido en enero en San Juan de Lurigancho que afectó, aproximadamente, a 1.500 personas. Así, Piqué buscó zanjar una discusión de largo aliento en la que se han enfrascado quienes consideran inviable que la compañía de servicios de agua sea únicamente operada por el Estado, y quienes perciben riesgos de que un privado gestione el recurso o intervenga de cualquier manera.

El ministro ha precisado, en esa línea, que la única figura de reforma que contempla el MVCS es la reorganización completa de la entidad, liderada por una consultora argentina. “La empresa consultora que se ha contratado a propuesta del Banco Mundial tiene mucha experiencia y vamos a aprovecharla”, precisó a este Diario. Asimismo, adelantó que entre las modificaciones que se están contemplando está la reducción del número de gerencias de Sedapal, pasando de ocho a seis, con el objetivo de agilizar la administración de la empresa.

Expertos en el rubro criticaron, sin embargo, que las propuestas actuales ya han sido implementadas con anterioridad y el impacto no ha sido positivo. “No podemos esperar hacer un poco más de lo mismo y tener mejores resultados”, señaló Diego Macera, gerente general del IPE, que fue uno de los tres integrantes de una mesa redonda realizada por El Comercio y moderada por Giulio Valz-Gen, editor de esta sección, y Juan Carlos Odar, editor de Economía.

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1. Los problemas estructurales que afectan la compañía y que hacen aún más retadora su gestión.

Milton von Hesse
: Hay que ser justos en la crítica a Sedapal. Revisando indicadores de empresas en la región, es la empresa de saneamiento que tiene mejores prácticas en el Perú y, paradójicamente, estas son consideradas buenas prácticas a escala internacional. Sin embargo, el gran problema de Sedapal es su alta dependencia de la política. Hay una alta rotación en el directorio y en las gerencias, es una compañía que tiene cuatro veces más personal del que debería tener y cuenta con un sindicato muy politizado.

Diego Macera: Más allá de los contratistas, dentro de Sedapal tienes un manejo de los recursos humanos sumamente complejo. Además de sindicatos difíciles de manejar, hasta hace no mucho existía una figura de puestos heredables [si uno de los hijos de un alto mando de Sedapal posee las calificaciones para ocupar el puesto que ocupó su padre, él tiene la preferencia en la elección].


2. Los grandes problemas del acceso al agua en la ciudad de Lima.

Jaime Pinto: La fotografía de Lima es una de las más complicadas y la base sobre la cual se puede mejorar es enorme. En las zonas de la ciudad a las que no llega agua tienes a grupos que se enriquecen a costa de trasladar este recurso y que ganan un montón. Es indignante que sea esta población la que pague tres o cuatro veces más por el servicio y eso es parte de problema estructural de Sedapal. La empresa ha permitido que subsista un ambiente de poca transparencia y no tiene la capacidad para abordar este problema.

Diego Macera: Hay aspectos que trascienden a la gestión que puede hacer una EPS. Lima ha sido una ciudad que ha crecido sumamente desordenada. Mejorar la infraestructura de las EPS es un tema urgente si queremos dotar de agua las ciudades; pero en paralelo hay un trabajo pendiente de ordenamiento urbano.


3. El camino que debe seguir el Gobierno para mejorar la situación actual de Sedapal. ¿Se podría contemplar una privatización?

Jaime Pinto: Sedapal tiene, esencialmente, un problema muy profundo de gestión. Perteneciendo al Estado en su totalidad, la empresa está sujeta a procesos de contratación que complican la gestión y su camino para que sea una empresa bastante más eficiente. Si se pudiera concesionar a privados, se pueden poner en los contratos correspondientes índices de gestión que obliguen al inversionista a llevar agua a costos razonables a zonas de Lima en las que no hay el servicio. La trágica situación que se vivió en San Juan de Lurigancho ha puesto en la mesa este tema, pero el Gobierno debe tomar serias decisiones no paliativas.

Milton von Hesse: Yo sería feliz con la venta de acciones de Sedapal*. Políticamente era imposible lograrlo en el 2014, cuando era titular del MVCS y enfrenté oposición de todas las bancadas. Por ello, aunque sí creería que Sedapal es una empresa que podría ser privatizada, veo que no es factible políticamente.

*[En agosto del 2014, el entonces ministro anunció que el Gobierno buscaba permitir la participación del sector privado en Sedapal. La intención del Gobierno era vender hasta el 49% de las acciones de la empresa en la bolsa. En junio del 2015, confirmó a este Diario que dicho proceso había sido descartado porque no había las condiciones políticas requeridas].

Diego Macera: Necesitamos ir hacía una transición donde haya incentivos al sector privado para hacer las cosas bien. Esto pasa por voluntad política y por fortaleza comunicacional de cuáles son los beneficios para la población de tener participación privada en la gestión del agua. Y ha habido mucho interés creado sobre esto, pero la evidencia del exterior te muestra que una gestión privada bien llevada del servicio público te da mejoras en el acceso, la calidad, las tarifas, entre otros. La conclusión general debería ser que si seguimos haciendo más de lo mismo –que parece estar ocurriendo– no vamos a llegar a ningún lado. La situación es insostenible.

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