Familias aún esperan un cupo en vuelos humanitarios de la FAP
Familias aún esperan un cupo en vuelos humanitarios de la FAP
Jorge Malpartida Tabuchi

José Cruz Macoya, agricultor de 32 años, lleva cuatro noches durmiendo en una banca frente al Grupo Aéreo N° 8 sin poder regresar a su casa en el distrito de La Unión, uno de los más golpeados durante las inundaciones en Piura.

José llegó a Lima el miércoles pasado en un vuelo de la policía para acompañar a un familiar muy enfermo que necesitaba ser internado en el hospital Cayetano Heredia. Ahora su familiar se encuentra estable, pero José no puede salir de la capital.

Pese a que desde el 24 de marzo los vuelos humanitarios de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) hacia las ciudades del norte han sido restringidos solo al traslado de carga, aún hay una veintena de personas afuera de la base militar esperanzadas en obtener un cupo en los aviones para regresar a sus hogares.

José dice que ha visto a personas entrar y abordar aviones de la FAP y piensa que también podrá viajar. “Me dicen que espere, pero ya estoy sin plata y un vuelo a Piura en una aerolínea cuesta como 100 dólares”, cuenta.

Desde el miércoles, Shirley Larios Serrato, comerciante de 30 años, quiere regresar a Chiclayo, donde la esperan sus tres hijos mayores. “Ellos tienen 14, 11 y 9 años y están solos con mi mamá. Cada vez que los llamo, lloran porque está lloviendo muy fuerte”, dice mientras cuida que Liam y Kasumi, sus hijos de 1 y 3 años, no corran hacia la avenida Faucett.

Shirley se siente tentada a tomar un bus hacia Chiclayo. Le han dicho que el viaje puede durar tres días. Eso la asusta, pero parece la única forma de volver a casa.

Fuentes del Ministerio de Defensa indicaron que, salvo casos médicos graves o el traslado de brigadistas, los vuelos desde Lima solo llevarán víveres y equipos.

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