Invasores usan dinamita para aplanar los cerros
Invasores usan dinamita para aplanar los cerros
Redacción EC

LUCÍA BARJA MARQUINA

Jéssica Yantas todavía llora , su hijo de 4 años. El 7 de enero pasado, una roca mientras este jugaba con sus amigos a menos de cien metros de su casa.

La roca salió despedida luego de ocurrir una explosión en la parte alta del cerro que colinda con el asentamiento humano Túpac Amaru, en . Según se conocería luego, un grupo de obreros, contratados por un sujeto identificado como Witberto Esteban Mendoza Montoya, detonó partes del cerro para ganar espacio y aplanar la ladera con el objetivo de vender los terrenos.

El pequeño José agonizó en el área de cuidados intensivos del hospital Hipólito Unanue. Finalmente .

El Comercio conoció que esta ilícita actividad de usar dinamita para aplanar cerros es común en esta parte de la capital, donde la inacción de las autoridades continúa poniendo en peligro la vida de los pobladores.

Luis Morales Landeo, subgerente de Planificación Urbana y Catastro de la Municipalidad de Ate, sostiene que si bien ya se ha identificado a los que venden estos terrenos de manera ilegal, su entidad aún no ha podido emprender acciones legales en contra de estas personas.

“Algunos miembros de la Comunidad Campesina de Collanac y otros, como Mendoza, venden estos terrenos a los pobladores. Sabemos que unas 120 familias ya han sido estafadas con esas compras desde 1998”, afirma Morales.

La del cerro de Ate no sería la única historia de ilegalidades, pues Morales asegura que en zonas como Huaycán, Santa Clara y otras laderas de cerros se realizan prácticas similares.

Los pobladores de Túpac Amaru están preocupados ante esta amenaza y cuestionan a la autoridad municipal. “Parece que la municipalidad nos dejó desamparados. Los obreros contratados siguen en la zona, poniendo en peligro nuestras vidas”, denuncia Ana Moray, una madre de familia que vive en el lugar hace 23 años.

“Esperan que pase otra desgracia para actuar. Cuando mueran más personas, tal vez actúen”, se queja otra vecina.

A pesar del problema que se vive hace ya buen tiempo en la zona, la única denuncia registrada a la fecha en la comisaría de Ate es la que puso la familia Guadalupe Yantas, tras la muerte del pequeño José, en contra de Juan Villacorta Mendoza, el obrero a cargo de la detonación.

Ignacio Saavedra Monzón, el supuesto dueño del predio, sería incluido en el proceso que se sigue a Villacorta por daños contra el cuerpo y la salud.

Si bien no hay denuncias policiales, personal de serenazgo de Ate confirma a este Diario que tienen reportes de llamadas de los pobladores en que se quejan por las explosiones.

“Dos semanas antes del accidente del niño, recibimos cinco llamadas de quejas sobre los ruidos de las explosiones”, cuentan serenos de la comuna.

El uso de dinamita para aplanar terrenos es una práctica común entre los que realizan esos trabajos de nivelación en las laderas de los cerros.

Un obrero que aún labora en la zona contó que se hacen pequeños agujeros en las rocas e introducen algunos gramos de pólvora. Luego, detonan la dinamita para convertir las enormes rocas en pequeñas piedras.

“Ponemos paneles y mallas para evitar que las rocas salgan volando, otras veces no usamos pólvora y solo empleamos cinceles para nivelar el suelo”, explica.

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